POEMANÍA
la manía del poema…
Hoja literaria de aparición virtual
Nº 199/2009
“La poesía escrita exige una lectura pausada
y el retorno sobre lo leído: esta forma de lectura
muy diferente a la lectura en paralelo de la computadora
o la lectura rápida de otros textos, permite una forma
de reflexión diferente sobre el propio lenguaje, como
transmisor del pensamiento…”
Rocío Silva Santisteban
Poeta invitado: CLAUDIO PORTIGLIA (*)
Del libro Cuotas partes (Tendencias XXI, 2009)
PÁGINA 16
Tiro de la luz y se deshila un árbol
se deshace el tejido de la calle
se extiende un filamento de mampostería
y el entramado del tapiz del mundo
vuelve a ser una idea
PÁGINA 26
Evitabas que leyera los días amarillos
porque los días amarillos -decías-
son días para no leer
son días para hacer el amor o hacer de cuentas que se hace el amor
son días en los que cada gota pesa por la totalidad de los días
días enfermos que pasan como prestamistas
presuntuosos desconfiados cínicos
días en los que nada que se haga puede valer la pena
y hacer el amor cuando vale la pena
es anular el día por más amarillo por más desleído
por más incierto que amanezca
PÁGINA 31
Una forma de escritura emerge de la mesa
se escurre entre los dedos y gana el aire con el humo de los cigarrillos
se mezcla con las voces recortadas de ocasionales parroquianos
dirime el espacio con las moscas
anima un texto inmaterial
vuelve a ser lo que era pensamiento
hasta que cae pesadamente sobre el margen de una hoja de diario
confunde las dos realidades
se espeja en los colores de la ilustración
y trama la factura de un poema que no tendrá lectores
pero gozará del prestigio de las cosas
que no deben explicarse
PÁGINA 32
A cada quien su pizca su boleto
su tiempo compartido
su plan de ahorro con licitación incorporada
su turno cama adentro cama afuera
su cuota parte
su cónyuge su amante su secreto
su mitad de paraíso
su doble purgatorio
su infiernito cotidiano
su fractal y su espejo
PÁGINA 34
Es extraño verse de este lado
tan de este lado que se sospecha de los que transpusieron el límite
a ver si todavía se escindieron
a ver si todavía se aprovecharon de nuestra confianza para cortarse solos
a ver si todavía nos estafaron la ilusión
nos robaron
nos violentaron
nos despojaron
a ver si todavía resulta que somos nosotros los escindidos
los desgajados los sectarios
a ver si todavía resulta que somos los deudores
convencidos como estamos de nuestras acreencias
a ver si todavía resulta que somos responsables de nuestra frustración
artífices de esta anomia
sicarios de esta traspolación de virtudes
de esta ineptitud
Cómo pensar siquiera tamaña anomalía
Y sin embargo estamos de este lado
tan de este lado que se sospecha de nosotros
de los que nos quedamos aquí
inmóviles anacrónicos olvidados
pensando que los otros son que los otros fueron
pensando que no podía ser que no pudiéramos
que no supiéramos
pensando que no supimos
pero cómo que no supimos
pero cómo puede ser que no supimos
PÁGINA 36
Si marco un punto sobre la mesa
cabe en ese punto el contenido de toda la mesa
porque todo le será referido
Si erijo un hombre sobre el mundo
el contenido de todo el mundo
cabe en ese único hombre
Ahora que he inventado el mundo
sólo cambiaré puntos de vista
PÁGINA 52
Hay un calabozo entre tus piernas
una inmoral manera de apresarme
un atropello injusto que no intento siquiera resistir
Yo fui a buscar allí el sustento que creí necesario
pero volví vacío
solo de soledad rampante
amordazado
hecho un mísero apéndice del aire que pobló tu cintura
curvó tu vientre
y puso en mi mano una tijera
que separó tejidos de quejidos
PÁGINA 60
Mire usted por favor este dedo
allá en lo alto
en el extremo de la proyección que este dedo señala
allá donde usted mira
no hay nada
nada
Sin embargo usted mira
y ve
y ve porque este dedo se lo indica
allá donde no hay nada
donde este dedo que está aquí
al lado suyo
impertinente se lo apunta
PÁGINA 64
Iba usted detrás de las palabras
como van las moscas detrás del azúcar
-en realidad es usted mosca y azúcar-
y no creyó no supo
que a la palabra se la cría con la dedicación de un viñatero
se le habla para que resista la tentación de adocenarse
de adecentarse
de mimetizarse
se le habla para que sea ella la expresión de una patria diferente
no un eco
no una copia
no el escandaloso dictum de los lingüistas
se le habla para que sea ella una palabra sola
territorial sonora luminosa
una palabra que engendre la voluntad que la pronuncie
y se parta como una semilla después esparciéndose
PÁGINA 73
Aquí hay una mosca
allá hay otra mosca allá hay otra mosca allá hay otra mosca
muertas todas las moscas y esparcidas
sin orden ni propósito
muertas por la acción de una paleta de plástico
muertas por un exterminador individual
muertas las moscas por invadir el silencio
por alterar la calma
muertas de muerte súbita arrebatada violenta
muertas de muerte provocada por una sola voluntad
muertas por aplastamiento
muertas por el error de detenerse cuando debían volar
Muerte estéril la muerte de las moscas
moscas que siempre vuelven
muertes que siempre vuelven
Yo detesto a las moscas y las muertes que abusan del regreso
(Inéditos)
a Rosana Bellone
No fue el golpe no
a los golpes estamos acostumbrados
tampoco la sorpresa
¿de qué podría sorprenderse un habitante medio
de este curioso país?
ni siquiera el dolor
tan mentido en situaciones menos graves
que cuando llega de verdad parece diluído
fue esa inexplicable sensación de injusticia
que nos toca cuando un bueno se muere
lo demás es un rosario de estadísticas de formalismos
y de excusas
un rosario que atrasa como todos los rosarios
una anécdota casi
y a mí me parece que cuando se muere un bueno
habría que quedarse desnudo en los altares y las plazas
para decir por mi grandísima culpa
hasta que la memoria nos absuelva
Junín, septiembre de 2009
Del libro Archivo familiar (inédito)
2
La agotaron el tiempo y la fatiga
los rigores del asma que doblaron su espalda a convulsiones
y hasta la iniquidad del peronismo
tal vez no supo comprender la vida que abandonó temprano
del amor apenas conoció desechos
de la verdad el cepo que imponían el miedo y la censura
del valor la mirada quijotesca poblada de molinos
No pudo o no quiso ver hendijas por donde rebelarse
la libertad en ciernes fue un escollo que le acortó el aliento
y se cayó como una hoja seca que vuela hacia el olvido
en febrero a la tarde en la vereda sin un adiós de nadie
7
La vida en el espejo figuraba su pasión y su estigma
le gustaba saberse reflejada como la hembra que era
pero le dolían las miserias expuestas delante de sus ojos
Prefirió dar un portazo a tiempo
se filtró como una tinta espesa por las muescas de la edad
y grabó su peculiar litografía con tesón taurino
en los pliegos en blanco
de un archivo todavía incipiente
8
Otros días y en otras circunstancias hablé de su estatura de bambú
de sus ropas raídas
de su proverbial paciencia
nada de eso guardé para el archivo
pero sí esa manera de morirse tan suya y tan precaria
recogiendo la tanza imaginaria de una tarde de pesca
con el barro en los ojos
aquel barro al que tantas propiedades curativas le hallara
memorando su isla y su laguna
en un refugio de ateroesclerosis
9
Del hombrón guardo un santo y una seña
cristusanto decía y manoteaba la pluma y el tintero
garabateaba un nombre en italiano
y ponía esa cifra que licuaría la población de parásitos
sólo un poco más tarde
nunca le oí una queja
ni cuando se murió tan desprovisto
sin la ropa paisana que de día sujetaba la hernia
sin la gorra que llevaba su forma
sin la bolsita con el pan oreado de todas las mañanas
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Con ella tuve mi primer contacto
sacrilegio diría la familia que se alborotaba
en torno de estampitas y novenas
fue para los dos un estremecimiento
ninguno había echado vello todavía
y a mí me dominó un escalofrío a falta de sustancia
ella abajo imploraba que me quedara adentro
tuve miedo y huí despavorido
las madres hablaban de sus hijos en la austera cocina
e intercambiaban notas de la escuela con mates y alabanzas
un rato más tarde llamaron a la pieza
la prima y yo fingimos que jugábamos
y nunca más tocamos el asunto
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De él con certeza me quedó un apellido para el segundo renglón de la burocracia
la sostenida relación de descendencia
y un costado callado y oscuro por revelar
murió doce años antes de que yo naciera
y visitar su tumba era en la infancia un singular festejo
La caravana familiar partía con los ramos enormes de flores recién cortadas
y en las callejas desparejas del cementerio celebraba un ritual
de baldes de trapos y de escobas
que dejaban la piedra y el bronce relucientes
y espejado el cristal del amarillento retrato
Mi curiosidad necrofílica de niño se asomaba en tanto
por las parcelas de la vecindad
donde descubría los escasos despojos del siglo diecinueve
y se sentía más cerca de la historia que le contaban en la escuela
Las muertes cercanas todavía no me habían tocado
acababa la ancestral ceremonia con la señal de la cruz
y un beso ligero sobre la desleída foto
circunstancia que habilitaba mi carrera hacia la puerta
donde la abuela me compraba el primer helado de la temporada
aquél que anunciaba la inminente finalización de las clases
y que yo disfrutaba feliz
celebrando la póstuma presencia de ese abuelo lejano
tan lejano que tal vez ni las huellas de su sangre retengo.
(*) Claudio Portiglia: nació en Junín (Buenos Aires, Argentina) en 1957. Publicó, entre otros, “Álamos y yunques”, “Los ojos, los miedos”, “La espiga se declara soberana”, “El gran errador”, “Libreta de Almacenero”, “Cabría preguntarme” y “Cuotas partes”. Obtuvo un subsidio de la Fundación Antorchas, el segundo premio de la Fundación Fortabat, la distinción al mejor libro del año 2000 entregado por la Sociedad de Escritores de la Provincia de Buenos Aires (SEP) y la Primera Mención en el Certamen Internacional Odon Betanzos, en Nueva York, entre otros reconocimientos. Co-editó Horizonte de Cultura (1989-1995) y Junín es Plural (1997-1998). Fundó Movimiento Poesía en 2001 y coordina desde entonces el Encuentro de Poetas de Junín.
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