viernes, 26 de febrero de 2010

Poemanía Nº 201 - Yolí Fidanza

POEMANÍA



la manía del poema…

Hoja literaria de aparición virtual

Nº 201/2009



“La poesía es la pintura que se mueve

y la música que piensa.”



Émile Deschamps










Poeta invitada: YOLÍ FIDANZA (*)





Poemas del libro “Juegos de la memoria. Mujer y Siglo”

SILVINA OCAMPO (1903-1993)

Juegos

In memoriam



Silvina te busco en tu río pintado de barnices

en el agua que de la fuente fluye cristalina

y se enriquece turbada de hojas. En la ola

hecha salto de felino en el océano de la literatura.

Inquiero y te adivino en lúdica aventura,

dicen que en playa matinal te vieron esculpir en arena

hembras de salados senos, húmedos vientres, efímeras caderas

y entregarlas al goce del amante

que en su apogeo ahoga y besa.



Hermana, acaso mi juego al tuyo se parece;

cada mañana esbozo perfiles de mujer. No las ofrezco al mar,

las protejo en la playa de la página. Vano intento.

La palabra es arena lenta condenada a la devastación del tiempo.



Por todo me pregunto ¿de qué profundidades arrancaste

tus criaturas de voces trémulas y soterradas pasiones

sometidas a fervores ambiguos

en la engañosa paz de unos cuartos

en la espada crepuscular de mis jardines?

¿En qué cielos, en qué infiernos engendraste

niños y ángeles sometidos a tentación de rebeldía?



Me responde tu rostro en el contraste filial.

En acuñada moneda el perfil de Victoria hacia la fama brilla.

El tuyo, matiz de luz y sombra, perdura en peltre de enigmática presencia.













MADRE TERESA DE CALCUTA (1910-1997)







Duelo



Calcuta, setiembre de 1997





No como fuente de luz que encandila

ni como estrella que ofrece

desde tan lejos rutilante brillo.

Apenas luz de cirio de cera pura

dando calor secreta, largamente.





Llama temblorosa de cirio

cuidada por manos esclerosadas.

Ojos alerta consolando miserias

gesto de dar amor multiplicado

y cama limpia para una muerte digna.



En cada pobre ella ve a Dios

y se entrega sin buscar respuestas.

Ay de aquella pregunta:

Madre, si como todo el pan que me diste

¿qué haré mañana con mi hambre?



Ay la otra, la de César Vallejo que hago mía

si otro busca en el fango huesos, cáscaras

¿cómo escribir después del infinito?



Yo, que necesito de respuestas,

creo que es Dios quien calla,

entonces fiel a mi oficio

elijo para el duelo las palabras de un niño:



No lloremos, la Madre no está muerta

de tan cansada duerme.



Entre la oscura gente no vacila la luz del cirio

ni las lluvias monzónicas lavan la esperanza de un hijo.








SYLVIA PLATH (1932-1963)



Palabras



La enamorada de la muerte

prepara su partida y dice:

al no encontrar las llaves nunca pude

airear los sótanos del duelo ni desvestir el luto.



Mi corazón, imán que el mal atrajo.

La huérfana de ayer es hoy la abandonada.



Cae mi fortaleza cuando el dolor la sitia

y ya no quiero amanecer.

Clausuro tras postigos la luz de la mañana

y sello con burletes de culpa las hendijas.



Debo cumplir los ritos:

la tibia leche cerca de las cabeceras

y el sueño de los niños protegido

bajo la desolada ternura de los cobertores.

-Acaso esa tibieza arrope el hueco de la ausencia-.



El tiempo apura los relojes

cierro puertas a mi espaldas

y antes de convertirme en mi verdugo

escribo la palabra final.

Giro perillas. Ávida aspiro aspiro.



El sopor de la muerte que llega me consuela.

Parto en busca del secreto de mi noche.

La luna no tiene por qué ponerse triste.

Siempre supo de la tenacidad de mi deseo:

Resplandecer entre cadáveres.



…………………………………………..



Yacer con las manos abiertas hacia arriba

Hasta sentirme totalmente vacía.











LA ÚLTIMA GEISHA





Desde la aurora

para alguien

que me espera

me acicalo.



Revestida de seda

de pájaros bordada

fragante de peonías

oculto el rostro

bajo la máscara

de blanco maquillaje.





Mirándome al espejo

azul del lago

peino la laca azabache

de mi pelo

como alto templo

y maduro en la boca

un sabor a frutilla.



Espero al señor

de estirpe noble

soñador y solitario.

Soy la geisha

de su hora crepuscular,

la última.





Para él,

flor de cerezo

en primavera

cedro en verano

llanto de lluvia

en otoño

hogar de invierno,

no fuego que lastima

sino profunda brasa

ternura entre cenizas.



Samurai o sabio

déjame desvestirte

bañarte en agua clara

perfumarte

-si separas los pétalos

la esencia en la copa

descubres- si embriagado

me amas te ofrezco

la hidromiel de mi beso.



Geisha de tu hora crepuscular

elijo entre regalos que me dieron

lo mejor para darte,

poemas de antiguas dinastías

escritas en papel de arroz,

danzas sagradas, juegos aprendidos

en mi largo oficio de geisha

y te honro

no con el amor de fácil posesión,

sino con la poesía, la inolvidable poesía

que ilusión o verdad

una tarde despertó entre nosotros.













Del libro “El universo de Ramona Montiel”







RAMONA Y GARDEL -I-





En el nido alquilado

de la calle Corrientes

Ramona no recibe a nadie.

Una sola presencia

masculina le basta.

En un disco de pasta

Carlitos gira y canta

“Cuartito azul

de mi primera pasión…”



En el retrato sonríen

los blanquísimos dientes.

Ramona se conmueve,

un pañuelito de linón

es cofre para sus lágrimas.







RAMONA Y GARDEL -II-





Veinte años pasaron

desde le cuarto alquilado

en la calle Corrientes

hasta el coqueto

pisito de Montmatre.

Ramona tiene amigos

pero en su nido no recibe a nadie.

Una sola presencia masculina le basta.

Gira el disco, Gardel canta:

“Tengo miedo del encuentro

con el pasado que vuelve

a enfrentarse con mi vida.

Tengo miedo de las noches

que pobladas de recuerdos

encadenen mi soñar…”



La voz calla.

Sobre las calles de París

arde la nieve de la melancolía.













EL SUEÑO DE RAMONA





Se mira ¿Es ella?

Displicente descansa como gata

en diván de colcha recamada.

A cabeza apoyada en almohada

de rico terciopelo,

con turbante dorado

sin babuchas de seda

con collares, aretes,

brazalete de perlas.

Para la golosa boca

un racimo de uvas

que entre sus manos tiembla.



Sobre la mesa

de marfil adivino

un samovar humeante

un cenicero de oro

un servicio de plata.



En sus sueños Ramona

confunde

escenas de Salomé

saraos de Alí Babá,

antifaces de Venecia

brumas de Marsella,

ella es una y es muchas,

Sherezade Francois

Aldina Margarita.



Cuando despierta

en Buenos Aires es:

Ramona Montiel

por novelas de amor

por letras de bolero

y romances de cine

enajenada.







(*) Yolí Fidanza: poeta y prosista nacida y residente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Argentina). Varios de sus poemas musicalizados por Rita Paolucci, forman parte del compac disc “Rita canta a los poetas”, editado en 2001. Sus poemas figuran en antologías de Argentina y España. Colabora con publicaciones literarias de su país natal, como de España y Canadá, en este país en programas de apoya a la declaración de Naciones Unidas contra toda violencia ejercida sobre la mujer. Poemas suyos fueron traducidos al francés, italiano e inglés. Su obra poética está compuesta por los siguientes libros: “Entrañable oficio” (Agón, 1991); “Oficio de luna plena” (Metáfora, 1992); “Romance de Anacaona” (Mefáfora, 1993, Premio “El encuentro de Dos mundos”, Puebla, México, 1992); “La voz de Aldina” (Metáfora, 1994); “De peregrinaciones y prodigios” (Metáfora, 1994); “Mujer, celebración de luz y sombras” (Metáfora, 1995, segunda edición: Ediciones Iniciales, 1997); “Juegos de la memoria. Mujer y siglo” (Vinciguerra, 1999); “Poemas 1991-2004” (Vinciguerra, 2003); “Fragmentos de un discurso amoroso” (Alción Editora, 2005, edición bilingüe, español-francés) y “El universo de Ramona Montiel” (LiterArt Ediciones,2007).

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