POEMANÍA
la manía del poema…
Hoja literaria de aparición virtual
Nº 201/2009
“La poesía es la pintura que se mueve
y la música que piensa.”
Émile Deschamps
Poeta invitada: YOLÍ FIDANZA (*)
Poemas del libro “Juegos de la memoria. Mujer y Siglo”
SILVINA OCAMPO (1903-1993)
Juegos
In memoriam
Silvina te busco en tu río pintado de barnices
en el agua que de la fuente fluye cristalina
y se enriquece turbada de hojas. En la ola
hecha salto de felino en el océano de la literatura.
Inquiero y te adivino en lúdica aventura,
dicen que en playa matinal te vieron esculpir en arena
hembras de salados senos, húmedos vientres, efímeras caderas
y entregarlas al goce del amante
que en su apogeo ahoga y besa.
Hermana, acaso mi juego al tuyo se parece;
cada mañana esbozo perfiles de mujer. No las ofrezco al mar,
las protejo en la playa de la página. Vano intento.
La palabra es arena lenta condenada a la devastación del tiempo.
Por todo me pregunto ¿de qué profundidades arrancaste
tus criaturas de voces trémulas y soterradas pasiones
sometidas a fervores ambiguos
en la engañosa paz de unos cuartos
en la espada crepuscular de mis jardines?
¿En qué cielos, en qué infiernos engendraste
niños y ángeles sometidos a tentación de rebeldía?
Me responde tu rostro en el contraste filial.
En acuñada moneda el perfil de Victoria hacia la fama brilla.
El tuyo, matiz de luz y sombra, perdura en peltre de enigmática presencia.
MADRE TERESA DE CALCUTA (1910-1997)
Duelo
Calcuta, setiembre de 1997
No como fuente de luz que encandila
ni como estrella que ofrece
desde tan lejos rutilante brillo.
Apenas luz de cirio de cera pura
dando calor secreta, largamente.
Llama temblorosa de cirio
cuidada por manos esclerosadas.
Ojos alerta consolando miserias
gesto de dar amor multiplicado
y cama limpia para una muerte digna.
En cada pobre ella ve a Dios
y se entrega sin buscar respuestas.
Ay de aquella pregunta:
Madre, si como todo el pan que me diste
¿qué haré mañana con mi hambre?
Ay la otra, la de César Vallejo que hago mía
si otro busca en el fango huesos, cáscaras
¿cómo escribir después del infinito?
Yo, que necesito de respuestas,
creo que es Dios quien calla,
entonces fiel a mi oficio
elijo para el duelo las palabras de un niño:
No lloremos, la Madre no está muerta
de tan cansada duerme.
Entre la oscura gente no vacila la luz del cirio
ni las lluvias monzónicas lavan la esperanza de un hijo.
SYLVIA PLATH (1932-1963)
Palabras
La enamorada de la muerte
prepara su partida y dice:
al no encontrar las llaves nunca pude
airear los sótanos del duelo ni desvestir el luto.
Mi corazón, imán que el mal atrajo.
La huérfana de ayer es hoy la abandonada.
Cae mi fortaleza cuando el dolor la sitia
y ya no quiero amanecer.
Clausuro tras postigos la luz de la mañana
y sello con burletes de culpa las hendijas.
Debo cumplir los ritos:
la tibia leche cerca de las cabeceras
y el sueño de los niños protegido
bajo la desolada ternura de los cobertores.
-Acaso esa tibieza arrope el hueco de la ausencia-.
El tiempo apura los relojes
cierro puertas a mi espaldas
y antes de convertirme en mi verdugo
escribo la palabra final.
Giro perillas. Ávida aspiro aspiro.
El sopor de la muerte que llega me consuela.
Parto en busca del secreto de mi noche.
La luna no tiene por qué ponerse triste.
Siempre supo de la tenacidad de mi deseo:
Resplandecer entre cadáveres.
…………………………………………..
Yacer con las manos abiertas hacia arriba
Hasta sentirme totalmente vacía.
LA ÚLTIMA GEISHA
Desde la aurora
para alguien
que me espera
me acicalo.
Revestida de seda
de pájaros bordada
fragante de peonías
oculto el rostro
bajo la máscara
de blanco maquillaje.
Mirándome al espejo
azul del lago
peino la laca azabache
de mi pelo
como alto templo
y maduro en la boca
un sabor a frutilla.
Espero al señor
de estirpe noble
soñador y solitario.
Soy la geisha
de su hora crepuscular,
la última.
Para él,
flor de cerezo
en primavera
cedro en verano
llanto de lluvia
en otoño
hogar de invierno,
no fuego que lastima
sino profunda brasa
ternura entre cenizas.
Samurai o sabio
déjame desvestirte
bañarte en agua clara
perfumarte
-si separas los pétalos
la esencia en la copa
descubres- si embriagado
me amas te ofrezco
la hidromiel de mi beso.
Geisha de tu hora crepuscular
elijo entre regalos que me dieron
lo mejor para darte,
poemas de antiguas dinastías
escritas en papel de arroz,
danzas sagradas, juegos aprendidos
en mi largo oficio de geisha
y te honro
no con el amor de fácil posesión,
sino con la poesía, la inolvidable poesía
que ilusión o verdad
una tarde despertó entre nosotros.
Del libro “El universo de Ramona Montiel”
RAMONA Y GARDEL -I-
En el nido alquilado
de la calle Corrientes
Ramona no recibe a nadie.
Una sola presencia
masculina le basta.
En un disco de pasta
Carlitos gira y canta
“Cuartito azul
de mi primera pasión…”
En el retrato sonríen
los blanquísimos dientes.
Ramona se conmueve,
un pañuelito de linón
es cofre para sus lágrimas.
RAMONA Y GARDEL -II-
Veinte años pasaron
desde le cuarto alquilado
en la calle Corrientes
hasta el coqueto
pisito de Montmatre.
Ramona tiene amigos
pero en su nido no recibe a nadie.
Una sola presencia masculina le basta.
Gira el disco, Gardel canta:
“Tengo miedo del encuentro
con el pasado que vuelve
a enfrentarse con mi vida.
Tengo miedo de las noches
que pobladas de recuerdos
encadenen mi soñar…”
La voz calla.
Sobre las calles de París
arde la nieve de la melancolía.
EL SUEÑO DE RAMONA
Se mira ¿Es ella?
Displicente descansa como gata
en diván de colcha recamada.
A cabeza apoyada en almohada
de rico terciopelo,
con turbante dorado
sin babuchas de seda
con collares, aretes,
brazalete de perlas.
Para la golosa boca
un racimo de uvas
que entre sus manos tiembla.
Sobre la mesa
de marfil adivino
un samovar humeante
un cenicero de oro
un servicio de plata.
En sus sueños Ramona
confunde
escenas de Salomé
saraos de Alí Babá,
antifaces de Venecia
brumas de Marsella,
ella es una y es muchas,
Sherezade Francois
Aldina Margarita.
Cuando despierta
en Buenos Aires es:
Ramona Montiel
por novelas de amor
por letras de bolero
y romances de cine
enajenada.
(*) Yolí Fidanza: poeta y prosista nacida y residente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Argentina). Varios de sus poemas musicalizados por Rita Paolucci, forman parte del compac disc “Rita canta a los poetas”, editado en 2001. Sus poemas figuran en antologías de Argentina y España. Colabora con publicaciones literarias de su país natal, como de España y Canadá, en este país en programas de apoya a la declaración de Naciones Unidas contra toda violencia ejercida sobre la mujer. Poemas suyos fueron traducidos al francés, italiano e inglés. Su obra poética está compuesta por los siguientes libros: “Entrañable oficio” (Agón, 1991); “Oficio de luna plena” (Metáfora, 1992); “Romance de Anacaona” (Mefáfora, 1993, Premio “El encuentro de Dos mundos”, Puebla, México, 1992); “La voz de Aldina” (Metáfora, 1994); “De peregrinaciones y prodigios” (Metáfora, 1994); “Mujer, celebración de luz y sombras” (Metáfora, 1995, segunda edición: Ediciones Iniciales, 1997); “Juegos de la memoria. Mujer y siglo” (Vinciguerra, 1999); “Poemas 1991-2004” (Vinciguerra, 2003); “Fragmentos de un discurso amoroso” (Alción Editora, 2005, edición bilingüe, español-francés) y “El universo de Ramona Montiel” (LiterArt Ediciones,2007).
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