viernes, 26 de febrero de 2010

Poemanía Nº 164 - Sara Cohen

POEMANÍA


la manía del poema…

Hoja literaria de aparición virtual

Nº 164/2008





“...el poeta utiliza lo que le sirve a su

expresión... la realidad para un

poeta está compuesta por

lo que dice y como lo dice...”

Edgar Bayley









Poeta invitada: SARA COHEN (*)







Francia, 1940





Vinimos con lo puesto

el traslado a América fue poner lo indispensable



¿Qué sería para ella indispensable?



Salimos con pasaporte musulmán

después nunca más fuimos musulmanes.

En Lyon, ese verano

nos llegaron los duraznos de la vallée du Rhone

Todo era racionado

tickets para todo, salvo la fruta

Nunca vi unos duraznos así

impregnaban con su perfume todo el ambiente,

teníamos la intuición de la muerte.



Quedamos en silencio,

sentí pudor, vergüenza de hacerla hablar

pero ella quería, casi lo estaba esperando.



La abuela tenía en Lyon una amiga

Madame Calef, dueña de una casa de costura,

alta costura

Me cosió un saco blanco y uno amarillo de lino

nunca vi un hilo tan lindo.

Los arrestaron en un tren en Marseille

Madame Calef murió en un campo de concentración.



Mi madre buscó tejer a lo largo de su vida,

queda una trama con agujeros

una dimensión enigmática para ella misma: un eco,

una serie de secretos que se llevaría.



El último año antes de la guerra

fuimos a Cabourg de vacaciones

ya después sería diferente

Al irnos ocuparon toda Francia.





(de Puertas de París)





Otra





guerra

otras historias

que las de mi madre

Otra mirada sobre París



Esther, la llamaron Estherelle

un diamante para sus padres

Diamante, piedra bruta

que trabajaron sus padres en Amberes

donde nació.

Bélgica nazi

París la acogió

azarosa trama de circunstancias

diamantes

dólares

florines

joyas

cosidos en la solapa

para salvarnos

Cédula francesa

comprada con un lingote de oro

cifraba la suerte de no ser deportado

Todavía la conserva Estherelle



No cicatriza

El sueño cubre con palabras

lo que no cicatriza



Salo Kalfuz

transmitió a su hija Paula en un relato

el triunfo de la sobrevivencia

Una cita

se dieron los combatientes

durante la guerra

Una cita en el “Café de Paix”

no conocían París

solo

un anhelo

una cita



Busco otras historias

en otra lengua

Vacío de referencia

ausencia en todas las lenguas



Niñas judías parisinas

Hélène

entregada durante la ocupación

a una familia cristina

Evelyne

permaneció en un colegio de monjas



La ciudad de París

imperturbable y bella





(de Puertas de París)










La promesa





No eran oscuros los ojos de mi padre, no.

Eran de un color indescifrable

que se define sólo en la mirada

Siempre supe

algún día tomaría el tren

en que lo vi partir.



Carta manuscrita del poeta a su amada

Gira mi vida

en torno a mi obra

no me pidas lo que no soy

si me caso, Ofeliña,

será contigo.



El tren se detiene

guardo el libro

veo siluetas de hombres

en el andén

se trata de un hombre

y de ninguno

es más bien

la condición de la nostalgia

sin la cual

viajar en tren

no tendría sentido



No eran

todo lo oscuro que suelen ser mis ojos,

los ojos de mi padre.



Eran de un color que vira

Sentí la exclusividad de su mirada

en la imprecisión de su color

Su mentón partido al medio

por su hendidura central

no alcanzaba tampoco a definirse

por la leve hendidura de mi mentón.



Lo sabes, Sarita,

a mí me tienes siempre

Yo sé

del valor de una promesa

también sé

a nadie se tiene siempre



La ausencia

es una luz que encandila y ciega.



(de Escena con cartas)










Una arruga






Los sueños

desdibujan el puente

entre la cabeza

y el cuerpo



Ya no hay cuello



Refuerzan un rasgo

rostro irreal

cuerpo volátil

del soñante



La orilla es aquello

que no se divisa

si no hay luna llena

Pliegue de un sueño

en el detalle

de un rostro



Olas gigantes

¿Cómo confiar

mar cambiante

en una orilla

que no se ve?



Ya no te quiero

pero te temo



Te adoro

más no confío

en ti



Los rostros hay que verlos

desde cerca

antes del despertar

mar cambiante

para ver en detalle

ese pliegue que dibuja

el sueño.



(de “Casas turbulentas”)







El sueño


Hay un cuarto más
invisible a los ojos de los otros

entro
con la sorpresa de una primera vez
y la sabiduría de quien ya estuvo allí

alguien
que se me adelanta
ya leyó cada línea
de aquellos libros
diseñó de esa alfombra el dibujo
y de esos muebles las curvas

si él no existe
a los ojos de los demás
y sin embargo insiste
en que yo lo descubra
debe ser porque ese cuarto
es más real que ningún otro

ese cuarto es mi futuro.



(de “Casas turbulentas”)








(*) Sara Cohen: nació en Buenos Aires (Argentina), en 1955. Es psicoanalista, poeta y ensayista. Ha publicado los libros de poesía: “El poema que insiste”(1992), “Puertas de París” (Emecé, 2000), “Escena con cartas” (Emecé, 2003), “Poemas venecianos” (Vinciguerra, 2003), “Casas turbulentas” (La Bohemia, 2004); los libros de ensayo “El silencio de los poetas” (Biblos, 2002), “La frontera de la lengua” (Biblos, 2006), y la novela “Veintinueve días de junio” (Biblos, 2006). Es traductora de poesía de lengua francesa (entre otros autores ha traducido a Henri Michaux, Gastón Miron, Nicole Brossard, Bernard Noël y Claude Esteban). En 2004 le fue otorgada una beca de estudios canadienses para trabajar sobre la poesía de Québec. De dicho estudio surge el libro “La frontera de la lengua”. Entre 1996 y 2005 condujo un espacio de poesía dentro del programa radial “El refugio de la cultura”. Actualmente realiza comentarios de libros de poesía en la revista “Ñ”.

1 comentario:

EG dijo...

Estaba buscando más poemas de Sara Cohen, había publicado La Promesa hace un tiempo. Y nunca más leí de ella.

Muy buena selección!

(ahora voy a poner el enlace a esta compilación)

Saludos desde Córdoba