POEMANÍA
la manía del poema…
Hoja literaria de aparición virtual
Nº 164/2008
“...el poeta utiliza lo que le sirve a su
expresión... la realidad para un
poeta está compuesta por
lo que dice y como lo dice...”
Edgar Bayley
Poeta invitada: SARA COHEN (*)
Francia, 1940
Vinimos con lo puesto
el traslado a América fue poner lo indispensable
¿Qué sería para ella indispensable?
Salimos con pasaporte musulmán
después nunca más fuimos musulmanes.
En Lyon, ese verano
nos llegaron los duraznos de la vallée du Rhone
Todo era racionado
tickets para todo, salvo la fruta
Nunca vi unos duraznos así
impregnaban con su perfume todo el ambiente,
teníamos la intuición de la muerte.
Quedamos en silencio,
sentí pudor, vergüenza de hacerla hablar
pero ella quería, casi lo estaba esperando.
La abuela tenía en Lyon una amiga
Madame Calef, dueña de una casa de costura,
alta costura
Me cosió un saco blanco y uno amarillo de lino
nunca vi un hilo tan lindo.
Los arrestaron en un tren en Marseille
Madame Calef murió en un campo de concentración.
Mi madre buscó tejer a lo largo de su vida,
queda una trama con agujeros
una dimensión enigmática para ella misma: un eco,
una serie de secretos que se llevaría.
El último año antes de la guerra
fuimos a Cabourg de vacaciones
ya después sería diferente
Al irnos ocuparon toda Francia.
(de Puertas de París)
Otra
guerra
otras historias
que las de mi madre
Otra mirada sobre París
Esther, la llamaron Estherelle
un diamante para sus padres
Diamante, piedra bruta
que trabajaron sus padres en Amberes
donde nació.
Bélgica nazi
París la acogió
azarosa trama de circunstancias
diamantes
dólares
florines
joyas
cosidos en la solapa
para salvarnos
Cédula francesa
comprada con un lingote de oro
cifraba la suerte de no ser deportado
Todavía la conserva Estherelle
No cicatriza
El sueño cubre con palabras
lo que no cicatriza
Salo Kalfuz
transmitió a su hija Paula en un relato
el triunfo de la sobrevivencia
Una cita
se dieron los combatientes
durante la guerra
Una cita en el “Café de Paix”
no conocían París
solo
un anhelo
una cita
Busco otras historias
en otra lengua
Vacío de referencia
ausencia en todas las lenguas
Niñas judías parisinas
Hélène
entregada durante la ocupación
a una familia cristina
Evelyne
permaneció en un colegio de monjas
La ciudad de París
imperturbable y bella
(de Puertas de París)
La promesa
No eran oscuros los ojos de mi padre, no.
Eran de un color indescifrable
que se define sólo en la mirada
Siempre supe
algún día tomaría el tren
en que lo vi partir.
Carta manuscrita del poeta a su amada
Gira mi vida
en torno a mi obra
no me pidas lo que no soy
si me caso, Ofeliña,
será contigo.
El tren se detiene
guardo el libro
veo siluetas de hombres
en el andén
se trata de un hombre
y de ninguno
es más bien
la condición de la nostalgia
sin la cual
viajar en tren
no tendría sentido
No eran
todo lo oscuro que suelen ser mis ojos,
los ojos de mi padre.
Eran de un color que vira
Sentí la exclusividad de su mirada
en la imprecisión de su color
Su mentón partido al medio
por su hendidura central
no alcanzaba tampoco a definirse
por la leve hendidura de mi mentón.
Lo sabes, Sarita,
a mí me tienes siempre
Yo sé
del valor de una promesa
también sé
a nadie se tiene siempre
La ausencia
es una luz que encandila y ciega.
(de Escena con cartas)
Una arruga
Los sueños
desdibujan el puente
entre la cabeza
y el cuerpo
Ya no hay cuello
Refuerzan un rasgo
rostro irreal
cuerpo volátil
del soñante
La orilla es aquello
que no se divisa
si no hay luna llena
Pliegue de un sueño
en el detalle
de un rostro
Olas gigantes
¿Cómo confiar
mar cambiante
en una orilla
que no se ve?
Ya no te quiero
pero te temo
Te adoro
más no confío
en ti
Los rostros hay que verlos
desde cerca
antes del despertar
mar cambiante
para ver en detalle
ese pliegue que dibuja
el sueño.
(de “Casas turbulentas”)
El sueño
Hay un cuarto más
invisible a los ojos de los otros
entro
con la sorpresa de una primera vez
y la sabiduría de quien ya estuvo allí
alguien
que se me adelanta
ya leyó cada línea
de aquellos libros
diseñó de esa alfombra el dibujo
y de esos muebles las curvas
si él no existe
a los ojos de los demás
y sin embargo insiste
en que yo lo descubra
debe ser porque ese cuarto
es más real que ningún otro
ese cuarto es mi futuro.
(de “Casas turbulentas”)
(*) Sara Cohen: nació en Buenos Aires (Argentina), en 1955. Es psicoanalista, poeta y ensayista. Ha publicado los libros de poesía: “El poema que insiste”(1992), “Puertas de París” (Emecé, 2000), “Escena con cartas” (Emecé, 2003), “Poemas venecianos” (Vinciguerra, 2003), “Casas turbulentas” (La Bohemia, 2004); los libros de ensayo “El silencio de los poetas” (Biblos, 2002), “La frontera de la lengua” (Biblos, 2006), y la novela “Veintinueve días de junio” (Biblos, 2006). Es traductora de poesía de lengua francesa (entre otros autores ha traducido a Henri Michaux, Gastón Miron, Nicole Brossard, Bernard Noël y Claude Esteban). En 2004 le fue otorgada una beca de estudios canadienses para trabajar sobre la poesía de Québec. De dicho estudio surge el libro “La frontera de la lengua”. Entre 1996 y 2005 condujo un espacio de poesía dentro del programa radial “El refugio de la cultura”. Actualmente realiza comentarios de libros de poesía en la revista “Ñ”.
1 comentario:
Estaba buscando más poemas de Sara Cohen, había publicado La Promesa hace un tiempo. Y nunca más leí de ella.
Muy buena selección!
(ahora voy a poner el enlace a esta compilación)
Saludos desde Córdoba
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