POEMANÍA
la manía del poema…
Hoja literaria de aparición virtual
Nº 228/2010
“El poeta escribe para un futuro que no va a conocer.”
Roger Wolfe
Poeta invitado: EDUARDO ESPÓSITO (*)
Plumajes
El poeta es el hombre que se
niega a utilizar el lenguaje
J. P. Sartre
La vida no debería ser mas
que esta cosa que respira y sangra
Los dedos bien abiertos
ante las notas de un teclado inexplorado
No es porque te negás a regresar del cementerio
que se me ocurre este dislate
ni porque tu fantasma de algodón de azúcar
acusa los calores del desván
La tarde como un daguerrotipo victoriano
pesando en mi cabeza
La vida tampoco debería ser mas que esto
Sin embargo un poeta desangelado
se asemeja mucho a un hombre
Hay un otoño de alas mustias
parece que pelaran pollos en el cielo
Y esta cosa que respira y sangra
aunque bien mal en escribir insiste
A Ian Watson
Celeridad
Hay cuatro clases de hombres en el mundo
Los lampiños
Los barbudos
Los que se afeitan como Dios manda
Y los tristes pobres hombres
de la afeitadora eléctrica
Pobres niños olvidados por sus madres
a quienes jamás papá pasó pelota
Nunca una curita en el uncido rostro
Nunca una sonrisa de satisfacción padruna
jamás papel higiénico en la herida
o paños tibios a ese amor con la gillette
Pobres desmadrados
que perdieron segundos en su vida apenas
por no ganar un cielo de brochas y afiladas
Pobres hombres de besos jamás lisos
esclavos para siempre de su aceleración
A Rafael A. Lafferty
Clase Turista
Porque no estamos hechos
de carne ni de sangre como pretendemos
aunque alguno que otro traje parezca desmentirlo
Porque la humedad bisiesta de este pueblo
arropa formas innombrables y mezquinas
Y nuestras lenguas de trapo
achican dos talles en invierno
Y porque el sur también existe
en un afiche al menos
Porque soplamos semillas de amargon cada verano
para que alguien se eleve liviano en sus muñones
así enmohezcan los planos inclinados
Porque rezamos desnudos en las playas
y nadamos vestidos en nuestras sofocadas camas
y vacacionamos de oído
y hacemos de la fiesta una fanfarria
y porque sí
y porque el mar
y la montaña
y estas ganas de ser otro
bajo una luna parecida
A Robert F. Young
El amor es un número imaginario
Hacé de cuenta que tengo brackets y besame
Son menos juveniles mis encías
La mano llega a su fin / roba un recuerdo
Algo así como otra gente se desplaza
Y vos sosteniendo el peso de tu lengua
que aligera el desgaste de mis años
No más tormentas en tu cara
ni tragedias gris topo que me muerdan
Habrá un jadeo de luna en tus mejillas
Una liturgia remota
como de botellas friéndose de envidia
Y algún pantano dormido en nuestras bocas
si no te importa besar a un dinosaurio.
A Roger Zelazny
Huevos fatídicos
La panza tiesa de los días
se apoya laxa en las comisuras del mundo
Van pasando las horas como imanes
Este naufragio aspira a ser certeza
Se ha borrado la línea divisoria
entre la espiga y el suelo
Ya no hay mar donde empollar
los fatídicos huevos de la ira
Todo cabe en este caldero de pócimas
austeras
Y los días
combados por el peso de las revelaciones
aguardan a la sombra nuevas nupcias
Inclemencias montadas por la biología.
A Mikhail Bulgakov
Separatidad
De a uno se es náufrago
De a uno cadáver
De a uno y con la amada a cuestas
uno toma el último tren
el bondi postrero
la humedad de las lluvias
Amasa un único pan de a uno
Miente de a uno
Iza la bandera de su soledad
en la ausencia
de las grandes metrópolis
De a uno pone la semillita
Arroja la maceta al sumidero
Festeja su cumpleaños con la puerta
De a uno suspira
De a uno babea
Se entristece de a uno hasta los hígados
Fornica y llora al mismo pulso que una sombra.
A Richard Matheson
Castidad
(Sobre una obra textil de Maryté Arias)
Monedas de carne en la ranura
Centavos de amor como limosna
Reír sobre la leche derramada
Oír el ruido de rotas caderas
Eso es todo
Lo que fue / lamido por los galgos
Cierta postrer migaja repudiada
Y ese hueco sin llave
con su luz de otros días
A Úrsula K. Le Guin
La reina del aire y la oscuridad
Lloro
Es la última vez que tendré sexo
Agosto se me viene encima en pleno octubre
con 31 legiones de minutos
y la implacable extrañeza de o saber
Agüita salada en pecas de ángel
lloran también los niños que me antecedieron
Una tristeza de máuseres
dormidos en formol
a la espera del año de las resurrecciones
Y me voy
capricho en retirada
muelle sombra de ocaso en saco roto
No sufras por favor
No gimas nunca más
La abuela de la nieve está enseñando.
A Poul Anderson
Calidoscopio
Me voy cayendo al sol
Todos parecen darse cuenta
La hierba es fina
Mis manos transpiran soledad
ingravidez
La grave edad desacelera para mí
con su manojo de arrugas
No hay cremas paliativas
para el cansancio de los materiales
Mi cuerpo es un satélite en desuso
Me voy cayendo al sol
como ellos
que encremados de espanto
reparten pancután y botiquines
Ayer fuimos más que Dios
hoy somos pasto
Mis manos queman cromo
La hierba es inasible
y el destino amarillo.
A Ray Bradbury
Platea baja
Los relámpagos queman la noche
La tonsuran
Sentados solos
en la sala de estrenos de Dios Padre
unos ojos palpitan la función
Dios aspira y unos nacen
Dios expira y otros mueren
Dios retiene su aliento
para batir un record guinness
y ocurren la resurrección y los aplausos
Lejos de la divinidad y las butacas
un niño juega al avioncito con su sombra
Le da vueltas al sol
como si el sol todavía existiese
A John Wyndham
(*) Eduardo Espósito: nació en Buenos Aires (Argentina) en 1956. Ha publicado “El niño que jugaba a ser Rayo” ( El Francotirador, 1992); “Violín en bolsa” (El Francotirador, 1995); “Una novia para King Kong” (Amaru, 2005) y “Quilombario” (Amaru, 2008). Participó en varias antologías, destacándose entre ellas “Poesía en el subte” (Ediciones de la Flor, 1999) e “Italiani d' Altrove” (Milán; Rayuela Edizioni, 2010). Coordina desde 1996 el taller de escritura de la Dirección de Cultura de la ciudad de Moreno, y a partir de 2001, desempeña igual actividad en el taller literario “Elementales Leches” de la ciudad de Gral. Rodríguez, Argentina. Reside en Paso del Rey, Buenos Aires.
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