POEMANÍA
la manía del poema…
Hoja literaria de aparición virtual
Nº 240/2011
“La poesía es en sí misma una invitación
al vuelo. Leer una sola línea, suele equivaler
a una experiencia memorable…”
Ana Emilia Lahitte
Poeta invitada: CRISTINA RAMB (*)
2 DE NOVIEMBRE
No puedo nombrarme en este espacio
este silencio que engangrena mi boca
esta humedad que enmohece mis uñas.
Olvidé las letras bajo un cielorraso
estrellado contra mis pupilas.
Hay una tumba con huesos
que fueron mi regazo
con restos de alguien
que me amó de veras.
¿Quién soy entre estos libros de poemas sin madre?
¿En las lágrimas disimuladas de las salas de espera?
¿Dónde estoy cuando llueve y no hay barro en mis botas
cuando el alba lacera las entrañas de la noche
y apenas he logrado disfrazarme de sombra?.
No puedo nombrarme en esta ausencia
mientras guardo escorpiones debajo de mi almohada
para seguir despierta
para besar con lujuria el vidrio del retrato
hasta tragar la foto lejana y ajena de mi cara.
¿Cuándo vuelvo al deseo?
si naufragan los peces
y los gatos comienzan a caerse de espaldas.
Y esta certeza:
Mi nombre y yo no somos las mismas circunstancias
apenas somos fragmentos diminutos
un tiempo
atravesado por la flecha siniestra
del amor y la nada.
MIEDO
“Ninguna llaga de las que me abriera el miedo
ha podido cicatrizar”
Glauce Baldovín
Ese grano de arena
esa nube rosada con su cursi metáfora
este invierno impiadoso con sus noches heladas
sólo saben asirme a las cosas perdidas.
El mundo que de pronto
se transforma en extraño
a la casa, al amigo, a su boca, a mis manos…
a ese lienzo siniestro que nos pinta el recuerdo
como un hijo malvado engendro del pasado.
Y vuelve la tristeza
sobre la misma cosa que ayer era la gloria.
Y otra vez soy la niña que le teme a las sombras
huyendo del espeso vacío que me envuelve.
El llanto pide a gritos a otro que contenga
que destruya el silencio
que moldee a la nada.
Un otro que no llega
o quizás ya no exista.
Es entonces que el miedo
se empeña en abrir llagas
con dolores de ausencia.
INESPERADA
Ahora que empiezo a ser yo
soy la otra
la que nadie esperaba que fuese
la que nadie deseaba conocer
la que no debería mostrarse tan feliz.
Me decido a ser yo y ahí está el miedo
por ponerme fuera del circuito
por no jugar el rol establecido
por sacar un eslabón a la cadena.
Entonces me refugio en este nuevo latir
en el sentido estricto de la vida
en el vuelo infinito de tu boca
en el alma que estreno cada noche.
Soy la otra
la que viene a creer en lo imposible
a fundar un país sin golpes bajos
en la dulce geografía de tu espalda.
Aprender a ser yo
aunque alguien no soporte mi sonrisa
y ser la otra
la que perdió el antifaz en el pasado
la que dejó el deseo ajeno
para jugar el propio
Aunque muchos
ya no puedan invitarme
a su fiesta de disfraces.
MÍSTICO
Perderme en un territorio desconocido
tras las puertas de tu cuerpo
caminos de presagios, cauces frescos.
El pasado cae como la luz del día
acontece otra vez la esquina incandescente
un rosario, el dolor, mis metacarpos
y tu piel vuelca gotas de aceite redimido.
Voy a tientas entonces recorriendo el espacio
alienada de vos y tanto otoño.
Tu calor que derrite desagravios antiguos
la moral del placard y tanta ausencia.
A la inversa de Dios cuatro serpientes
nuestras manos reptando por los cuerpos
y la calma final
y las miradas
como un poema escrito sobre el agua.
OBSESIÓN
Porque llegó el amor sin yo buscarlo
y fue el dolor quien ocupó su sitio
tengo que atar mis manos para no tocar
los restos de tu ausencia en esta casa.
He besado los bordes de los vasos,
las tazas que han tocado tu boca
para robar un roce final, un pseudo beso.
Esta herida que duele aunque no sangre
o mi nombre que ya nunca me llama
en los sitios comunes de tu voz.
Esperarte es el juego más siniestro
donde apuesto las lágrimas y el duelo
a negar el final que todo cubre.
Arrancarme la piel porque me quema
la distancia real y los silencios.
Este rito obsesivo de escribirte
sólo pone palabras a la nada
al vacío de vos cada mañana
a ese hueco de noches sin soñarnos
a tu olor que se aleja y no rescato.
Las rodillas me sangran y no encuentro
a un dios que te vuelva hasta mis brazos.
No me alcanza el poema, no me basta
no reemplaza la íntima ternura
el goce de volar, místico y bello.
No me alcanza tu adiós para entender
lo real, lo imposible, lo incorrecto
me repito en un sueño cada noche
donde no se quien soy pero te llamo.
Cuando llegó el dolor supe que nada
ocupará mañana lo que estuvo
pleno de amor donde hoy apenas queda
este envase vacío de mi alma
que cuelga de la silla donde entonces
se durmió tu camisa y mi pasado
sin intuir el hoy
sin presagiarlo.
DEVENIR
“ No nos bañamos dos veces en el mismo río”
Heráclito
Al mismo río lo suceden
nuevas y nuevas aguas.
Nadie regresa.
Una misteriosa y profunda transformación
nos alcanza
en la luz que sucede
entre el adiós y el regreso.
Nada aparente
y sin embargo
ya no volvemos.
El dolor ha tallado en el alma
otra forma y espacio
como una duna al viento.
Invisible y constante
el devenir transcurre
entre el ser y dejar de ser
y ser tan nuevos
tan otros
tan ajenos.
Nuestros cuerpos luciendo
las grietas y las lunas
mareas de otros mares
vejaciones del cambio
que forjó la experiencia.
La distancia ofreció
la real perspectiva.
Entonces
No regresamos
no nosotros
los que fuimos
no los mismos.
ACTO POÉTICO
Sobre la hoja en blanco he abierto mi boca
goteando la saliva que no ha llegado al beso
dejé caer un coágulo que salió desde el pecho
rojo, envenenado, pútrido de silencio.
Después fueron tres gotas desde el ojo derecho
arrugando el papel, como lluvia de invierno
saladas como flechas certeras del recuerdo
venían de la noche, de un nido de tormentas
amargas como el miedo que nos desvela el sueño.
Sobre el papel mis manos apoyé como un ciego
para imprimir la piel, memoria de mis dedos
algún sudor ajeno, la huella de algún cuerpo
el pulso en mis latidos, el temblor de mi sexo.
He pegado la hoja sobre un vidrio de espejo
para buscar mi rostro, el antiguo, el reverso
el que viera mi amante, cuando hacer un poema
requería de un lápiz, un puñado de letras
no de sangre y de lágrima, de vacío y desierto.
Sobre la hoja en blanco he gritado mi nombre
la he tomado luego a golpes de miradas
y no fue necesario decirle mis motivos
ni rubricar al pie, ni corregir palabras
ya había escrito en ella lo que hierve en mi alma.
HERIDA DE OCASO
Luce la tarde su color de herida
un pájaro muestra su espalda en la distancia
algo late tenue
semejante al miedo
a reloj sin pausas.
Evado la nostalgia
la sutileza del tiempo para empañar los ojos
el recuerdo que llega a mostrar la impotencia.
Esto que corroe
arrastra ese nombre del pecho a la lengua
amordazo entonces la palabra al cuerpo.
No le doy cabida
le quito el sonido, la esencia, el impacto.
La tarde ha mutado a un carmín intenso.
Vuelvo a ser silencio.
Lo que en mí vibraba lo vacié en su boca
rojo como el cielo
abismo o desgarro
puñalada, coágulo, ausencia, imposible.
Luce la tarde su color de herida
sabe mi herida su color
tan tarde.
DESIGNIO DE LO CIERTO
La única certeza que me habita
en el paso de las horas
es el pulso en mi muñeca.
El curso de la sangre que se escapa
por la piel de las heridas
el líquido salobre que cae de mis ojos
en la emoción de un vuelo emotivo y remoto.
Saberme entre los vivos
es un dolor añejo a la altura del pecho
un tendón que sostiene el peso de la noche
el sudor de una mano que acaricia la mía.
Sé tan poco de mí
que me rastreo
en la mirada amada
en la voz que me nombra desde el tiempo
o el silencio que baña las nostalgias.
Me habitan los temblores
súbitos o tenues de los besos
lunas llenas de sombras o dulzuras.
La única certeza de mis pasos
es la arena en mis pies
un puñado de letras que reordeno
para decir de mí lo que se agita.
Sólo sé de la muerte
la ausencia de los otros
los amados, los nuestros
cuya voz ya no escucho.
Sólo sé de la vida
el vientre que estalló en cada hijo
volviéndome milagro las entrañas.
La única certeza que me habita
es el nombre que digo cuando amo
entonces, sobre el miedo
el amor
se me vuelve designio de lo cierto.
BENDITA SED
Otra vez la sed y este agua que no me atrevo a pronunciar
fluye tan cerca de mi boca
arrastra hacia ella todas las raíces de mi alma
bendita sed.
Desde el vientre repta un escorpión
demora el movimiento.
La razón se diluye
al punto que apresuran los latidos
un tambor de ritual retumba dentro.
Y la sed
incompletud del caos que se encauza
hembra hambrienta
concavidad del sexo
cataratas de lágrimas desnudas.
Otra vez el deseo y el nombre que no me atrevo a pronunciar
tras la boca donde hundir la noche
humedad del alma,
fiebre de jaurías al acecho.
Es desierto mi carne
la palabra amordaza el gemido del miedo
y el agua
apunto de estallar desde tu centro
por tus poros
tu saliva
tu simiente.
Otra vez el instinto y el final de la espera
la ilusión del uno, la fusión del grito
la completud del sexo.
Bendita sed.
EL FINAL DEL SUEÑO
No voy a pronunciarte
ni emprender el viaje terrible del olvido
ni esperar en la puerta los golpes del regreso.
Has salido del sueño
atravesado noches de húmedas almohadas
pesadillas de ausencias reiteradas y mudas.
No caeré en el tiempo
que desgrana almanaques amarillos e inertes
aclarando cabellos, arrugando las manos.
No tocaré tu piel ni en un mero recuerdo
ni habrá atardeceres con colores antiguos
ni lunas dibujando tu sombra entre mis sábanas.
Cuando rompa la aurora
daré gracias al tiempo porque lo atravesaste
y con él a mi vida marcándole un estigma
de lo eterno y lo efímero
lo vano y lo perpetuo.
Drenará por mis venas la sangre necesaria
la que cobra latidos gestándose en deseo
arrastrando mis nervios como raíz al agua.
No voy a pronunciarte
será gloria el pasado sin flores ni memorias.
Has salido del sueño
aunque el presente tenga un tatuaje en los labios
aunque el olvido sea tan sólo una palabra.
DIGO, LA PALABRA
“Los poemas suelen ser papel mojado”
Mario Benedetti
La palabra que se quita la ropa
y muestra sin pudores las heridas
los rastros de las lágrimas
cicatrices del tiempo.
La que no se maquilla para otros
ni adula los oídos
como una prostituta
que miente su sonrisa.
La palabra sin piel
que se cae del pecho del poeta
cuando ya se han quebrado sus espejos.
La palabra que calla
para dar lugar al beso
que vendrá a decir con los sentidos.
La palabra disparo
sin un blanco preciso
traspasando los muros
de las censuras previas.
La palabra que vuela
encima de las letras como límites ciertos
que surge del abismo
del instinto, del fuego.
Esa palabra digo
tan pura y tan obscena
que no se escribe nunca con lápiz ni con tinta
la que no se pronuncia
para adornar un verso.
La palabra que amo
se forma con la sangre
de la artería más honda
descarnada de formas
parida en el silencio
la verdad del sentido
la palabra que amo
la que hace al poema.
(*) Cristina Ramb: nació en Córdoba (Argentina) en 1966, lugar donde reside. Es Licenciada en Psicología, estudió en la Universidad Nacional de Córdoba. Ha publicado tres libros de poemas: “Bendita Sed” (2011; Edit. Milena Cacerola y El asunto), “Escandalosamente Viva” (2001; Sol Rojo Editora) y “La luna del Centauro” (2004; Sol Rojo Editora). Ha participado de diversas antologías: “El Ojo del martes” 1997. “El Andén de los Juglares” 1999, 2000, 2001, 2002, 2010. “Homenaje a Juan Filloy - Poesías Premiadas” 2001. Obtuvo numerosos premios por su obra literaria. Conformó e integra el Grupo Literario: “El Andén de los Juglares” desde 1997. Participó de Espectáculos Poéticos musicales en el marco de la Feria del Libro de Córdoba. Realiza y coordina anualmente la Mesa: “Erotismo y Poesía” con poetas invitados. Participa de programas radiales y actividades culturales como charlas y presentaciones en diversas instituciones. Publica en su Blog: www.cristinaramb.blogspot.com.
No hay comentarios:
Publicar un comentario