POEMANÍA
la manía del poema…
Hoja literaria de aparición virtual
Nº 221/2010
“Un poeta puede escribir sobre un
hombre decapitando un dragón
pero no sobre un hombre que
aprieta un botón para
detonar una bomba…”
W.H. Auden
Poeta invitado: ERNESTO GOLDAR (*)
QUE DEJO DE DECIR
¿La poesía dice lo que piensa?
¿O consiste, acaso, en la inefable e inaudible
promesa que se lleva a cabo,
en el tanteo desnudo,
en la certidumbre de palabras prodigiosamente
alineada que configuran o encadenan
humores, decepciones, dichas, sueños y recuerdos
en los momentos únicos
de un ser-ahí
y un vos allí?
LITIGIO
Los lingüistas no pierden el tiempo,
los gramáticos tampoco;
las palabras del poema que nos abren el mundo,
convocadas al juego del mundo,
develan su misterio en cuanto
son incomprendidas,
invioladas por las razones
como los dioses y como los hombres
que no buscan ser explicados en la Tierra
sino soportados, custodiados y respetados
como un secreto salvajemente oculto.
CLARO DÍA POR NACER
No creo en la política ni en los grandes hombres;
está saturado de falsificaciones.
Urdida la trama detrás de la apariencia
señorea el sueldo de los gacetilleros,
las certezas impuestas en las tiranías,
la historia como presa de tentaciones fáciles.
Las particulares vidas, en cambio,
mentidas también de ocultamientos y transfiguraciones
son más inocentes y precarias.
A poco andar descubrimos en quien amamos
defectos reprochables,
y amamos los defectos.
DE JUSTA LITERARIA
Leyó a los italianos,
en ediciones bilingües eruditas,
y se supo natural y triste.
A los españoles, frecuento,
y sintióse abrumado por los antojos
de Menéndez y Pelayo.
A su turno americanos, que confianza le dieron,
y hasta japoneses,
y los clásicos con estoicismo recorrió.
Del tango hizo su habitual de poemarios aprendidos,
y del inglés los respetados vates.
Trascartón hizo descanso,
y cuando, por fin, leyóse a él mismo,
la imaginación vibró.
SIGNO EXTRAVIADO
Poemitas, recogidos en caligrafías nerviosas,
hojas cuadriculadas, lisas, conservados
como cantos de capilla.
Si ella los viera, pensaría de mí
de trazado distintos,
sugeriría una amistad de llamados
y de esquina,
habida cuenta la distancia,
la proposición entre líneas,
y la desconfianza que intima el marido.
DOSTOIEVSKY
Si en el mundo se miente,
si en el mundo se finge,
si lo importante es no ser el engañado
y mentir y fingir mejor que los demás
y cualquier ingenio es el secreto
para tratar a los hermanos,
¿será entonces la verdad que dos almas
llevamos adentro?
NO PUEDO DARTE MÁS QUE AMOR
La música suena y no la oímos.
Sólo la conoce el pensamiento,
porque las canciones viejas te entienden,
no como en los días iguales
sino por el poderío limpio del recuerdo.
Por eso quiero cada vez más al bueno de Count Basie
y su consigna “todos a mí”.
ESCUCHAR ACONTECE
El poeta no es en nada un escribiente,
quiero decir,
no usa de las palabras que hablan y se escriben,
y las palabras gastan.
Nombra el poeta, y el sentimiento escucha
que dentro de sí mismo se devela,
no es dueño de palabras
y menos las dispone para poner la voluntad.
El poeta origina, vuelvo a decir,
obedece,
a la palabra oye,
le dice con la boca cerrada
y le devuelve la retenida dulzura de su corazón.
ATENTO DE SÍ MISMO
Vuelve a la patria,
quiero expresar el barrio, la casa,
la calle en el origen,
las señas, los mensajeros y los ángeles,
la misión de guardián del misterio
que su interior reserva.
El regreso es celebratoria gratitud,
la aceptación esencial de la pobreza,
las oscilaciones, la pasiva espera,
los límites que borra la pupila.
MANERAS DE VALER
Un yerro, una omisión, se pagan,
ya sea con arrepentimiento
o el desquite debido.
El trabajo, inclusive, en el mundo en que andamos,
y en la retribución impuesta
por deberes y negocios,
correspondencia, plazos y cuotas a deudar
cumplimiento y tientos que compresiblemente se
cortan dicen de las cosas el precio,
y también que tiene el suyo cada uno de nosotros:
por dinero, extorsiones o gloria.
Y si corresponder debemos con lo usado y lo pedido,
y aún con lo pedido y lo deseado,
con aquello que damos como puro divino
que llevamos dentro,
el precio de la poesía es la vida.
(*) Ernesto Goldar: nació en Buenos Aires (Argentina) en 1940. Poeta y ensayista, ejerció el periodismo y la docencia universitaria, además de coordinar talleres literarios de novela y ensayo. Fue asesor cinematográfico, candidato a senador, jurado por el Fondo Nacional de las Artes, el Congreso de la Nación y el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Participó en diversas antologías de índole literario, sobre historia y sociología. Dictó conferencias en universidades nacionales e instituciones culturales públicas y privadas, y es citado por numerosos autores argentinos y extranjeros. Publico más de veinte libros, con varias reediciones, entre ellos se destacan: “El peronismo en la literatura argentina”; “La mala vida”; “Jauretche”; “Proceso a Roberto Arlt”; “Buenos Aires: vida cotidiana en la década del ‘50”; “Los argentinos y la guerra civil española”; “La clase media en el ‘83”. Publicó los poemarios “Feria en San Telmo”, “Instinto de Conversación” y “En voz desmayada y baja”. Reside en su ciudad natal.
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