POEMANÍA
la manía del poema…
Hoja literaria de aparición virtual
Nº 146/2008
“Los poemas tienen siempre grandes márgenes
en blanco, grandes márgenes de silencio en que la memoria
ardiente se consume para recrear un delirio sin pasado...”
Paul Eluard
Poeta invitado: PABLO CASSI (*)
Ciudadano Ocasional
Una ausencia viene anunciándose a sí misma
gestos de vago romanticismo
en la unanimidad de tus pupilas.
Me abandono a la emoción de sentirme
solo,
hace tiempo la distancia me convoca
admito la idea de encontrarte.
Si pudiera sorprenderme
con la mirada de tus ojos,
declararme neutral o simplemente
un ciudadano ocasional,
no indagaría el origen de este amor
en los libros de Joaquín de Montezuma,
en las flores que no pierden sus pétalos
después del otoño.
Vuelvo a soñar con tu nombre
en un lenguaje de monosílabos.
Esta noche estaba resuelto
la agonía quebró la espera distante de nuestro amor
y no hubo una versión inteligente para nuestra existencia.
Enagua de Soltera
Conocí en ella
el último instante que nunca es el mismo,
el gesto inexpresable de su mirada
los misteriosos laberintos de sus
desencuentros,
ese gracioso modo que tiene de olvidar
la tozudez del pasado.
Ha escrito con su caligrafía más triste
lo que sus labios no se atreven a decirme,
que aún me espera en aquella plaza
para saludar a la primavera
y echar por la ventana su enagua de soltera.
Erguida,
escoge el amargo camino del olvido
y con la sonrisa bajo el brazo
se viste con su mejor traje de enigma
en búsqueda de un destino diferente
lleva en medio de sus pechos un collar bien
puesto.
Un murmullo de antiguo disco de acetato
se desliza por su cuerpo disidente,
tiene ritmo de bandoneón por falta de bohemia.
Conozco sus colores, sus aromas, su música
la conocí en un tiempo anterior a este siglo.
El Lado Oscuro del Segundo Piso
El día escapa por la cerradura,
entumece el aroma de las palabras.
Un verso se sumerge en los labios,
la antigua casa se echa a morir
en el lado oscuro del segundo piso,
espera el regreso de los gorriones
y la queja en si bemol de las goteras.
Sus habitaciones nunca han estado
tan sombrías,
tardíamente pensativos los umbrales
como si careciera de mejores tiempos
en el índice de su primera biografía.
La noche golpea con un bostezo
la añosa estirpe de su sombra,
la mampara huele a lluvia de otros inviernos.
A la hora del té
desnuda el alma de viejos anhelos,
consume el escaso keroseno del farol
contagia de muerte a su propio cadáver,
muros que no sobrevivirán al ruido de las
autopistas
cuando la ciudad sea sitiada por el progreso.
Una Mujer Lee Poemas de Bécquer
Vive desconocida en el silencio de su propio retrato.
Amo a esa mujer triste que cada tarde
lee poemas de Bécquer,
cierra los ojos y arde de impaciencia.
Convertido en sombra mi pensamiento
me entrego a la complicidad de su mirada,
a sus labios que sobreviven la orfandad del deseo.
El tiempo posterga cualquier romance
asfixia en su cuerpo la exacta respuesta
para cada pregunta del deseo.
A veces una sonrisa se exterioriza en su rostro
pero la timidez con su alevosa indecisión
congela el más mínimo de sus rubores.
Los Cotidianos Comentarios de la Noche
La oscuridad extiende su mano y apaga
la vela
irremediablemente cae el eco de una sombra
la sonrisa cruza el prodigioso ejercicio de mirarnos.
Conversemos en torno a esta caminata
de recuerdos
arrimando tu voz a la mía,
a la infinita geografía de las emociones
en los cotidianos comentarios de la noche,
acostumbrándonos a vivir con las multitudes
que habitan nuestros cuerpos,
De aquí no te vas,
ni los extraños deseos que genera tu cuerpo
en el viejo armario con tus prendas íntimas.
Envejeceremos conversando con los pájaros,
partiendo cada error en dos.
A veces me pregunto que haría el uno sin el otro.
Como si nos Hubiésemos Conocido en otra Vida
La encontré una tarde en los astilleros de
Hondarribia
una mujer como ella podría romper el
horizonte
tan sólo con detenerse en el espejo.
La soledad corre por un río paralelo
que ha perdido
el deseo de conciliar el sueño.
Una sonrisa escapa inadvertida
titubea como la lluvia antes de humedecer el
aire,
rompe el silencio que había puesto en su boca
y apacienta la incertidumbre de las palabras
inmortales.
La invito a compartir un café en la Galería del
Jardín,
me instalo cómodamente en su vida
con mi oficio de poeta.
Sin nada que ofrecerle,
salvo este casual encuentro
hemos hablado como si fuéramos
viejos amigos
como si nos hubiésemos conocido
en otras latitudes.
Nos enamoramos aspirando el perfume
de una flor
este encuentro podría ser perfectamente
nuestra única historia.
El azar que todo lo une
también desune la misma distancia,
la profundidad del Pacífico o del
Mediterráneo
siempre próximos a un corazón con setenta
y siete latidos.
El aire construye su propio camino entre
las estrellas
el vino transporta en cada copa el rumor
de la existencia.
Este verano nos enseñó que la vida es breve
como las flores que se abandonan cada primero
de noviembre.
Palabras Irreversibles
Mi boca guarda tu nombre,
la memoria de tus gestos.
No podrás impedir que te ame.
Sé que esta noche dormirás conmigo
no podrás volver a tu paisaje cotidiano
tus ojos se eternizaron en mi rostro
y todas tus noches me pertenecen.
Tengo miedo de las palabras irreversibles,
descubrir que te vas en un
orden continuo
en el ciego lenguaje de los objetos
y peor aún,
que nunca regresas al lugar exacto
de este encuentro.
Sólo Fuimos Otoño
Nada germinó bajo nuestra sombra
ni el entusiasmo de conocernos por dentro.
Apenas sostenidos en una mirada
confinamos el diálogo al más remoto olvido
como si la curiosidad pretendiera darle alcance.
No aprendimos el oficio de amarnos
ni la elaborada retórica de los enamorados
sólo fuimos una señal equivocada,
en la frágil esperanza del reencuentro
un viejo tango más absurdo que nuestra
propia historia.
A la hora justa el tiempo nos borra
somos la última consecuencia de esta vida,
una permanente despedida.
¡Qué manera la nuestra de confundir las cosas!
(*) Pablo Cassi: Nació en la comuna de Putaendo (Chile), en 1951. Ha publicado los siguientes libros: “Surco y presencia” (antologia de cuentos y poemas, 1977); “Para un peregrino distante” (poemas, 1979); “Cuando se aproximan los sábados y otros cuentos” (1984); “Íntimo desorden” (poemas, 1984); “Secreta convicción” (poemas, 1986); “Poemas para un niño con sonrisa de primavera” (1987); “Tu prójimo inevitable” (poemas, 1989); “La espantosa virginidad de las feas y otras historias” (cuentos, 1993); “Veinte años de poesía” (1995). Obtuvo numerosos premios por su obra literaria tanto a nivel nacional como internacional. Editor, director, jefe de redacción y articulista en periódicos, revistas y suplementos culturales desde 1977 a la fecha. Es miembro de instituciones culturales en su país y en el extranjero. Poemas, Ensayos, Cuentos, Reseñas Bibliográficas, Artículos de Opinión y comentarios, de sus obras publicadas han sido publicados en revistas culturales, diarios, periódicos, y suplementos literarios en Alemania, Argentina, Costa Rica, Colombia, España, Estados Unidos, Francia, Italia, México, Perú, Puerto Rico, Uruguay, Venezuela. Reside en la localidad de San Felipe de Aconcagua, Chile.
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