viernes, 26 de febrero de 2010

Poemania Nº 226 - Eduardo D'Anna

POEMANÍA



la manía del poema…

Hoja literaria de aparición virtual

Nº 226/2010






“El poeta prolonga la existencia de la lengua,

es una suprema operación lingüística

fuera del lenguaje…”



Joseph Brodsky









Poeta invitado: EDUARDO D’ANNA (*)







EL SABIO



Estaciono en una ciudad

desconocida. Dejo el auto

preocupado. Como si no

supiera que a él, estar solo

por un ratito, no le molesta.



Quedarse descansando así,

sin buscar pruebas

de la existencia del mundo.



Un auto grande ya,

con algunos problemas físicos;

pero que sabe lo que vale

dejarse estar, tranquilo,

en una calle

de la que no se sabe ni el nombre.













PALMERA



¿Qué será de la palmera

que se veía desde

la ventana de la cocina,

antes de que hicieran

el edificio?



¿Estará

bien? ¿Y pensará,

a su vez, en nosotros,

en lo que ha sido

de nosotros?











EL DORMITORIO





Aquí siento los ruidos, es decir,

aquí siento el silencio:

Siento el enarbolarse del aire

para ser viento, cómo aparta

las hojas, cómo le contestan,

cómo me invade, cómo nos invade,

y cómo prepotente nos obliga

a respirar. Aunque querramos

morir. Aunque querramos

irnos con los fantasmas de la noche

que ni siquiera saben respirar

ni lo precisan.















LOS NIETOS



No, ellos tampoco existen.

Los objetos esperan

para ser rotos, usados, para ser

algo por vez primera para alguien,

pero aún deberán

esperar por un tiempo,

por su tiempo.

Cuando

empiecen las imaginarias

repeticiones: las caídas

en el mismo lugar

que los hijos, los sustos

a causa de las mismas

travesuras.

La leyenda,

la cultura privada

en que se afirma toda vida

aquí, hasta las épicas.

Vísperas al pasar

por esas piezas todavía grandes.









ROPA



Como el arpa de Bécquer, las ropas

yacen tiradas en sillas, en la cama

o en ridículos percheros improvisados

en picaportes o respaldares.

Malévolas causantes de disturbios

conyugales, miran, impávidas

vacas bidimensionales, las peleas

a causa de ellas por su ilegal

situación, sólo aparentemente provisoria.

Su secreta ambición de niñas edípicas

es meterse en el lecho matrimonial

a ejercer un menage à trois por la fuerza

de los hechos, por el descuido o la inercia.

Entonces suspiramos y las guardamos

-las encerramos, bah, seamos sinceros-

porque no es así como deben

jugarse las escenas del amor.



















REGRESO DE VACACIONES





En unos pocos días, nada más,

todo se ha derrumbado:

cucarachas muertas a causa

de previsores insecticidas,

plantas exangües. Olor

a cadáveres lapidarios.

Los héroes de novela

protestan su abandono

desde los anaqueles.

El gato Juan, reintegrado,

pasa en una neblina

de desprecio.



















LA VECINA





Luisa sale al balcón

enfrente de mi casa.

Tiene 81 años, y mira

algo en el árbol

que le queda debajo;

tal vez una torcaza,

o unas hojas, o un plástico

enredado en las ramas:



eso no lo sé, pero

si veo -claramente-

que con la lengua, por

debajo de los labios

se remueve los restos

del desayuno

que en la dentadura

postiza, molestan.

















BAÑO



Aquí nacen las reflexiones más profundas,

y se revela el ser: uno, sentado,

ve transcurrir el orbe hacia

su caducidad sin apelaciones:

él brilla, cósmico, reflejado

en los viejos azulejos, que se vuelven

translúcidos en el portento

de igualársele. Pero, ¡cómo, nunca!,

al universo no se le pasa

un trapo, eso está claro. Así,

el lugar es también de lo falso,

lo alucinado, lo que pierde

al hombre tras la gloria y el poder;

pero, no obstante, el baño

es humilde y recibe los dones

que le querramos dar.













(*) Eduardo D’Anna: nació en Rosario (Santa Fe, Argentina) en 1948. Abogado, poeta, ensayista, traductor, narrador y dramaturgo. Dirigió una revista literaria («Parábolas») entre 1965 y 1966 y en 1967 publicó su primer libro de poemas: "Muy muy que digamos" (Ensayo Cultural, Bs. As.). En 1968, junto a Elvio y Francisco Gandolfo y Sammy Wolpin, comenzaron a publicar la famosa revista «El lagrimal trifurca», que duraría hasta 1976 y que agruparía también a Hugo Diz y Sergio Kern. Con el sello de esta revista, fueron apareciendo sus poemarios "Aventuras con usted" (1975), "Carne de la flaca" (1978) y "A la intemperie" (1982), mientras practicaba la abogacía tras recibirse en 1971. Desde 1972 hasta 1980 fue docente teatral en una experiencia inédita para los colegios secundarios de la época, en la escuela Superior de Comercio. En 1985, la Municipalidad de Rosario publicó "Calendas Argentinas", descubriendo luego que su carta orgánica no le permitía comercializar la edición, la que se repartió en bibliotecas e instituciones culturales del país. «El lagrimal» volvió a editarle en 1986, tras estrenarse en 1984 su pieza teatral "Morante, un espejo para la Revolución".En 1992, se publicó "La máquina del tiempo" (Libros del Hibiscus, Rosario). "La Montañita" (Libros del Empedrado, 1994) recoge poemas escritos entre 1985 y 1991. Integró también "Los mejores poemas de la poesía argentina" de J. C. Martini Real (Corregidor, Bs. As., 1974), "Antología de la poesía argentina" de R. G. Aguirre (Fausto, Bs. As., 1979), "El amor en la poesía argentina" de E. Romano (Andrómeda, Bs. As., 1976), y otras. Poemas suyos han sido traducidos al alemán y al griego (moderno).Es asimismo traductor, habiéndose dedicado a la obra de W. B. Yeats y Manuel Bandeira. Como crítico, se ha especializado en la literatura de su ciudad, preparando la hasta ahora única historia literaria de la misma ("La literatura de Rosario", Fundación Ross, Rosario, 3 tomos, 1990-91). Fue colaborador de la revista «Poesía de Rosario» y columnista del suplemento literario del diario «La Capital». En 1999, publicó "Obra siguiente" (Libros del Hibiscus). En el año 2001 se editó la novela "La jueza muerta" (Ediciones de la Flor), con una crítica muy elogiosa del escritor y humorista rosarino Roberto Fontanarrosa. Es profesor de Derecho. En 2010, editó su poemario “2491” (al cual pertenecen esta selección de poemas) por ediciones Recovecos y asumió la dirección de la Revista “Facundo”.

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