viernes, 26 de febrero de 2010

Poemania Nº 170 - Juan Calzadilla

POEMANÍA



la manía del poema…

Hoja literaria de aparición virtual

Nº 170/2008





“Lo poético es algo que le ocurre al lenguaje,

no una competencia o capacidad del mundo

extraverbal. La poesía es alto lenguaje.”

Waldo Rojas



Poeta invitado: JUAN CALZADILLA (*)









Memorial de poetas muertos que alabaron el estado

de gracia de la derrota



Nota. No es fácil tratar de aprehender el universo de los poetas para elaborar con ello unas poéticas que resuman la esencia o tan sólo un fragmento de lo que ellos han dicho en perjuicio de la poesía. Según Borges la mayoría de los poemas que se escriben hoy ya habían sido escritos mucho antes por los poetas que nos precedieron. Tratar de romper ese cerco fatalista es lo que intento ofrecer en esta ocasión. Y lo ensayo, oponiendo a la solemnidad del discurso elegíaco con que la retórica ha agotado el compromiso de exaltar la obra de los poetas muertos, con un tono de voz que no es otro que el lenguaje diversificado e irónico a que me ha habituado la anómala emoción de los poetas muertos que más admiro.





¿Por qué abandoné la poesía?



Según el gran poeta TS. Eliot, las cualidades que

distinguen a un gran poeta son la excelencia,

la abundancia y la diversidad. Me explico:

Diversidad de razones para desconfiar

de la poesía. Abundancia de argumentos

para abandonarla.

Excelencia de los méritos que hubiera yo hecho

si hubiese advertido a tiempo

Que perdí mi vida dedicándosela a ella.









Las damiselas de Avignon

Un maniquí finge ser lámpara

Otro se imagina en el cuerpo de una estatua

Y la tercera echa de menos su papel

por creer que en otro tiempo fue una diva.

La cuarta no alcanza a ser marioneta.

Y la quinta por correr detrás de Picasso

perdió los estribos.









Oh Brecht

Ya quisiéramos que ese magnífico

retazo azul del cielo en verano

no fuera tan irresponsablemente bello

Yque por ser bello

justamente no pidiera de nosotros

que para cantarle nos cruzáramos de brazos

Ante tantas barbaridades.









El acto poético más puro

André Breton sale a la avenida y, mirando hacia las cámaras,

descarga su revólver sobre la multitud. O mejor, simula hacerlo

Y prefiere describir esta acción en el papel para testimoniarla

como acto potencial digno de ser celebrado por la escritura.

Llama a eso acto poético puro para diferenciarlo de genocidio.









La rosa del poema

Corrijo a Huidobro donde dice:

Poetas, no nombreis a la rosa. Hacedla

florecer en el poema.

Pues para nadie la rosa es un misterio

cuya existencia pueda ser una decisión

exclusivamente dejada a las palabras.



(Antes de venirse a florecer en el poema

sabíamos que la rosa ya había sido inventada)









El rostro no es abordable desde sí

La idea de Antonin Artaud según la cual el rostro humano

no ha encontrado en sí mismo su semblante y que por no

encontrarlo debe confiar en el pintor

para proporcionárselo, justifica el hecho de que él mismo,

al final de su vida, se convirtiera en pintor de rostros

en busca de semblantes que Artaud nunca encontró.

Ni siquiera, ay, en él mismo.









Hernando Track

Todo lo que había sufrido decía que sólo podía ser redimiendo

por una gran esperanza en crear imaginativamente un mundo autónomo, bien diferente a este en el cual ha vivido, un mundo

en donde el dolor reflejado en toda su intensidad

pudiera ser superado por la escritura.

Y repetía como si se tratara de una plegaria este pensamiento:

“Amo tanto la vida, que le perdono el mal que me hace”.

Se planteaba la poesía no como un destino sino como

un acto piadoso consagrado a proclamar

el estado de gracia de la derrota.









Amazonía

Tenemos que agradecerle a Goethe que haya vivido en su tiempo.

Pues de haber escrito el Fausto en nuestro siglo

estoy seguro de que no lo hubiese comenzado diciendo:



Las altas obras de la naturaleza resplandecen

hoy como el primer día.

sino

Las altas sobras de la naturaleza languidecen

hoy como el último día.









Camino de hormigas

Humboldt asienta que los insectos fosforescentes,

también llamados cocuyos, copian sobre la tierra

el espectáculo del cielo estrellado.

Igual podría decirse de los caminos de hormigas,

aunque las hormigas sólo copian la forma

atolondrada en que los individuos

se desplazan en las ciudades.

De alguna manera, a semejanza de éstos,

las hormigas trazan siempre el mismo camino

aunque pujen por abandonarlo

y hasta simulen, como los hombres,

que por un momento lo dejan

para volver a tomarlo.









Sobre Esenin

El suicidio de Esenin fue asunto de él mismo.

Esenin no supo contentarse con mear hacia el cielo estrellado

desde su ventana, sobre el prado donde pastaba el ganado.

Se propuso alcanzarlo. Y ¿qué halló?

¿La eternidad? No. La espuma del sol

mezclada con boñiga de vaca.



En cambio, el arte de Jacques Vaché consistió

en no darle importancia a nada.

Incluso tampoco a la vida. La prueba

es que se la quitó.









Nadie es un héroe para el que lo conoce (W. Stevens).

Mientras no me conozcan no los defraudaré

Pues si no soy un héroe para los demás

es porque no lo soy para mí mismo.









Las enumeraciones

Hundirse hasta el fondo en el mar de Lautréamont. Incluso inclinar la cabeza un poco por debajo del oleaje para percibir

los cardúmenes que viven del plancton de palabras.







Arnaldo no pasó la prueba

-Un corazón que late.

¡Una vida humana, carajo¡

¿Cuánto vale esto? -y diciéndolo, se tocó

en su pecho el sitio donde iba el corazón.

Fueron sus últimas palabras.

Y cayó al piso.







Vaché

Lo grande no es que Jacques Vaché basara

la filosofía de su vida en no darle importancia

a nada, sino sobre todo en no dársela a

la poesía. Fuera de Rimbaud ¿qué poeta

llegó tan lejos que pudiera

a causa de esta maldición

cautivar a quien más creyó en la

Vida y en la poesía: André Breton?









La crisis hipotecaria

Por malas que estén las cosas no hay razón para

creer que no pueden empeorar.

Con esto desmiento a Shakespeare donde dijo:

No hay un grado por debajo de lo peor.

El lo dijo porque no tenía, como nosotros,

la soga al cuello.







Elías David Curiel

Su silla por las tardes de siesta

era el trono donde se sentaba

para ver la puesta del sol.

Y hasta se podría creer que era un Buda.

si es que en otra vida anterior

no lo hubiese sido.







(*) Juan Calzadilla: nació en Altagracia de Orituco (Venezuela) en 1931. Poeta, pintor y crítico de arte. Estudió en la Universidad Central de Venezuela y en el Instituto Pedagógico Nacional. Participó en la fundación del Grupo Apocalipsis de tendencia surrealista, en Maracaibo. Funda en el Diario El Universal la columna 'Reseña de la Semana', dedicada a la actualidad plástica. Es cofundador del grupo “El techo de la ballena” (grupo de vanguardia que repercute de manera significativa en la actividad literaria y plástica durante la década de los ' 60) y de la revista “Imagen” (l984). Entre 1958 y 1959 se da a conocer como dibujante a propósito de su participación en el Primer Salón Oficial de Arte Venezolano, con el seudónimo de Esteban Muro. Es uno de los miembros del movimiento pictórico conocido como Informalismo. Su obra poética tiene una importancia decisiva en la poesía venezolana. Entre sus libros publicados, podemos mencionar: “Dictado por la jauría” (1962) “Malos modales” (1968) ; “Oh smog” (1978) ; “Antología paralela” (1988); “Minimales” (1993) ; “Principios de Urbanidad” (1997); “Corpolario” (1998) ; “Diario sin sujeto” (1999) ; “Aforemas” (2004) . Recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas de Venezuela, 1997. Reside en la ciudad de Caracas.

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