viernes, 26 de febrero de 2010

Poemania Nº 135 - Roberto Romeo Di Vita

POEMANÍA

la manía del poema…

Hoja literaria de aparición virtual

Nº 135/2007







“La palabra es un peligro, y la poesía

que está entre la palabra y el silencio,

también lo es...”

Luis Manuel Pérez Boitel







Poeta invitado: ROBERTO ROMEO DI VITA (*)





LA PALABRA



La palabra

despojada de sal.

La palabra

aislada de ruinas

escondidas, de pasos

de joyas, de brillos

de oropéndolas y de laureles.



Sólo ella

taciturna, certera

y calma.

Sin una bisectriz

un ángulo o cuadrado.



La palabra

sólo un punto

y un círculo

en el espacio

para que llegue

a tu corazón.







UN POEMA



Un poema no es sólo un poema

es un poema y su entorno

de exploración y silencios.

Un poema no es sólo una rosa

es una rosa y su fuego

su cárcel y su belleza.

Un poema no es sólo un desgarro,

puede ser un desgarro y un llanto,

un cristal que se rompe.

Un poema no es sólo una lámina rota

de un alma partida

por tristezas y ausencias.

Un poema no sólo cabe en un beso,

puede caber en un beso solitario

y en la soledad del que siempre espera.

Un poema puede que sea

un solo gesto de gracia

del que aguarda, una difusa eternidad.







TAZAS DE CAFÉ



Porque te siento distante

aún a mi lado.

Porque no entiendo el grito

que silencia tu boca.

Porque Buenos Aires me duele

y los trenes no parten;

porque me falta un azul

de cielo robado.

Porque la bronca se hace luz,

la escarcha, nostalgia;

los pasos se bifurcan

“y los senderos se esconden”.





Pude ver la vida pasar

y la estatua callada,

la dejó ir, diluida de asombro.

Sentado en tazas de café

parado en el intento,

viajé en sillas voladoras

y me caí, antes de tomar altura.



Caerse desde la mirada

es tropezar con palabras

y no entenderse en los gestos.

Es como disparar

cuatro tiros de angustia

al corazón de la rosa

y al canto del gorrión.







A PABLO



Qué inmensamente rico

eres Pablo.

Cuánto daría

por tener tu vieja locomotora,

tus mascarones de proa,

tus ángeles y fetiches.

Aquellos interminables

caracoles marinos

de todos los mares

y de todas las costas.

las infinitas botellas

de siderales ciudades.

El gigante zapato

y el monumental caballito

del Temuco de sueños.

Los libros, Pablo,

que ilustraron tus memorias,

los discos,

la guitarra de pino,

las misteriosas cajas de seguridad

donde guardabas el tabaco

de tu pipa ambarina.

El jazmín de Lorca,

la corbata de Nazim Hikmet,

la copa de Sioma Kirnasov,

el cuadro que te regaló Picasso

y el vino chileno

que te obsequiara tu compañero

Salvador Allende.

No quiero tus acciones,

tus premios,

ni títulos, ni tierras;

por otra parte

sé que nunca los has tenido.

Pero sí quisiera

la sonrisa encantada

de tu Matilde,

hecha miel y luna.

Sí quisiera

compartir, Pablo,

el amor de tu pueblo,

el cariño que te tienen

todos los pueblos de la tierra.

Grande y pequeño poeta

hecho de “fuego y humo”,

de carne y vino,

de sal y mar,

de hombres y mujeres

de éste,

nuestro planeta,

al que podemos cambiar.







VIDA



A la vida insurrecta

A la vida marginal

A la vida de peligros

A la vida entre alcobas

A la vida más allá de la muerte.



Vida que nos hace gritar

partido el estómago.

Vida transparente

Vida oscura

Vida clara.



A la vida del cántaro del agua

A la vida del vaso de vino

A la vida de copas vacías

Sólo a ella, taciturna, desvelada,

Profética, loca,

con los ojos inyectados de furia.



A la vida de los que padecen

la tortura de los reformatorios

y el sepulcro de las cárceles.



A la vida del que se quema

las retinas

en los laboratorios sidásicos

y del bocado del mediodía

hasta la noche abortada.



A la puta vida

A la vida de mierda

atorranta, fea, mercenaria,

de testaferros siniestros.



A la vida de la gran explosión

la primigenia del caos

A la vida de la última explosión

que nadie verá.



A la vida que sigo

A ella, solo a ella.

Le exhorto

Le ordeno

Le exijo

Le impelo

Le escarbo los huesos

Le machuco los dientes.

Y espero,

(ansioso, ya no contemplativo

ya no paciente, no bastardo)

escupirles el rostro

a aquellos

que les han puesto cercos

y han emponzoñado el amor.







(*) Roberto Romeo Di Vita: nació en el Barrio de Villa Crespo (Buenos Aires, Argentina) en 1947. Ha publicado entre otras obras: “Once y uno” (cuentos); “La pasajera de la ciudad” (novela); “Mayo en la sangre” (cuentos históricos); “América en el corazón” (cuentos históricos) “Aspero quiero que mi verso sea” (poemas). Se desempeña como periodista y coordinador de los Talleres literarios “Mario Bravo” y “Palabra Justa”(este último de la Asociación Judicial bonaerense) ambos en la ciudad de San Martín, provincia de Buenos Aires, donde reside.

1 comentario:

Bichino dijo...

Elegí por azar el poemania Nº 135, de Roberto y encontré un exquisito poeta y grande fue la sorpresa cuando leí Pablo...me sentí hermanado, cuantos conocimientos de Don Ricardo Neftali Reyes Basoalto, a quié le debo mi poesía.
En don Pablo indagué, viaje y estuve muchas veces en sus " Casas y Cosas" le dedique un libro "NERUDA ES CHILE ", ( ESTE LIBRO CONSTA DE 100 EJEMPLARES,con dibujos y pintado con lápices de colores cada una de las 10 ilustraciones. Felicito a Roberto,y espero que compartamos la palabra. Un saludo afectuoso de este Deán Funes de Ischilin, Norte más norte de mi cordobesa Pcia.
Bichino