viernes, 26 de febrero de 2010

Poemania Nº 138 - Miguel Fajardo Korea

POEMANÍA

la manía del poema…

Hoja literaria de aparición virtual

138/2008



“Antes de reflexionar sobre la poesía, sobre

la razón de su incandescente existencia,

el hombre efectúa un ejercicio y una práctica de ella.

Así, la poesía es una forma de conocimiento, pero a

condición de ser simultáneamente la más

desesperada tentativa de salvancion de

nuestra raíces esenciales...”

Enrique Molina







Poeta invitado: MIGUEL FAJARDO KOREA (*)





Los abrazos repiten el oleaje

La ausencia llena los dominios
del regreso, la imagen

en las antiguas lágrimas

del aprendizaje.

El mar vuelve a cerrar

sus deseos para cruzar el goce

del susurro a la palabra.

Devolvemos las urgencias

en la salinidad

en tu cuerpo.

Exploramos el delirio

de la huelenoche

en la sonrisa de tu luna,

en el cuarto creciente de tu sexo.

Los abrazos repiten el oleaje

de tu cabello.

La pasión,

palabra en celo,

interminablemente deseosa

para bajar las estrellas

o beber tiernos sabores

en tus pezones de gaviota.

Amor:

la lluvia se desliza

hacia la región

más hermosa de tu alba.





***



Toca la puerta del mundo




El abrazo

enciende tu libertad.

El oráculo de las señales

al desnudarnos

a contraluz. La inocencia

del jazmín sobre el espejo.

La masacre del odio

rumora nombres

en voz baja;

esperaron súplicas

en noches conmovidas.

Violaron el corazón de las esposas,

acrecentaron la incertidumbre

de las hijas.

Tocan la pasión

del mundo; se ha roto

en lágrimas tu defensa.

Amenazan con cambiar

la luz para los huérfanos,

las sonrisas encarceladas

por el miedo a los sátrapas.

El viaje del dolor como un exterminio,

capaz de mutilar en tu rebelión

el camino del suicidio

ante el desamparo:



el caracol extendido ante el martirio.



Los espejos alzan

su dignidad

en la cintura virginal

de nuestra América.





***



El ancla del vendaval


Las velas no verán el final

de la miseria,

el límite arbitrario

del infinito.

La tristeza encela imágenes

de guerras,

relámpagos de amanecer

en los caminos de la ceniza,

cuando los vencedores

acosan con ebriedad.

Resistencia

interminable de otras lanzas

en la inocencia del retorno,

cuando el amanecer recoge

las cicatrices de la marea,

el ancla del vendaval

en lo elegido.

El peregrinaje como un presagio

de puertas cerradas

contra la violencia

del olvido.

Nadie arrasa llagas

para ver cuánto duelen

tus pechos.

Solo

firman la rebeldía.



***



Los legionarios del sueño


La distancia como una fiebre

en el desencanto, un festín

persistente

en la escasa palabra de los migrantes,

Los náufragos tienen

la certeza de haber cruzado

los rincones más bajos de la frontera,

el hundimiento

de la huella

en la salinidad.

Los legionarios del sueño

guardan la rutina

en promesas de cambio.

La tristeza

como una manera de llorar

todas las angustias.

La distancia

cambiará

la costumbre definitiva

de tu ausencia.



La desgracia en la mitad

del mundo

la salvás

con un poema.





***



La casa Tilarán
A mi esposa, Licda. Saray Masís Villalobos,

palabra violeta en el silencio de mi mundo



Hay treguas que no resuelven

la llama

en el memorial de tu cintura.

El fuego como destino definitivo,

lo pleno

de tu amor.

No olvidemos el recorrido

Tilarán, el antiguo

mar de Alfonsina Storni,

Los afrodisíacos indígenas

de la fruta mesoamericana.

Tu cuerpo telúrico

en la desnudez

de la penumbra,

la humedad

entre caricias,

la certitud del espejo

para encontrar tu rostro

en la casa

San Rafael,

en los andariveles de la lucha.

Trabajadora Social,

guerrillera contra la pobreza

en el ojo a contraluz

de nuestro cielo dividido.

¡Saray!

Mujer de siempre.



***


Aunque sigan con vida


El camino sediento

como una ciudad sin disparos,

un rincón abierto

en la memoria de los cristales.

Ese poema bastaría,

porque la batalla no lo derrotó

en el olvido

de la causa sin disfraz

contra el crimen,

o frente a las excusas

de quienes nunca regresaron,

aunque sigan con vida.

La soldadesca

retendrá a los poetas

que sobrevivan

sin complicidad.

La palabra

crece cuando es abril;

las dudas se bastan

en el recorrido del abandono.

Los baúles se rinden ante los

trozos de la sospecha,

cuando es imposible

la duda en los suburbios.

Los traidores de los bosques

entonan la canción

de medio invierno.

Tengo rabia por no

entender tus razones.



Perder ha sido siempre un desamparo.





(*) Miguel Fajardo Korea: nació en Costa Rica, en 1956. Es Licenciado en Literatura y Lingüística con énfasis en Literatura. Académico propietario en la Universidad Nacional de Costa Rica. Profesor titular de español en el Liceo Laboratorio de Liberia, Costa Rica. Ha publicado libros en su país natal como así también en República Dominicana , España y Colombia, entre dichas publicaciones podemos destacar: “Urgente búsqueda” (1981); “Estación del asedio” (1981); “Extensión del agua” (1981); “Realidad, mito y dolor” (1986); “Sólo la noche” (1989); “Las puertas del sol” (1992); “Héctor Zúñiga: palabra y canto” (1993); “Sacramento Villegas: canción en el tiempo”; “Otras lunas: presencia femenina en la literatura de Guanacaste” (1996); “Medardo Guido: cantares de la pampa” (1997); “Margen del sueño” (2000); “Todos los días” (2004); “Ausencias” (2005). En prensas: “Travesias”, Costa Rica, 2008; y “Ausencias”, (2ª ed.) Bogotá, 2008. Su obraha merecido distintas galardones.

No hay comentarios: