viernes, 26 de febrero de 2010

Poemania Nº 78 - Carlos Penelas

POEMANÍA

la manía del poema…

Hoja literaria de aparición virtual

Nº 78/2007





“La poesía es el refugio de la interpersonalidad

en un planeta que vibra bajo las descargas

de los medios masivos de comunicación...”

Alcides Grau





Poeta invitado: CARLOS PENELAS (*)





Trémolo de la sombra

¿Qué se ha hecho de las almas grandes y tiernas?

Nietszche


Mi padre buscaba amparo en la quietud,

en el arpegio de la melancolía.

Cuando cobijaba la rosa ardida de rubor

el corazón de mi padre soñaba con una aurora.

Y su voz reclamaba la penumbra del alma,

tan bella como el mar o la fragua.

Confiaba su mirar al bosque de su infancia,

al constelado cielo que invade los recuerdos,

a los libros de la noche y del hábito.

Y su empuje furioso de latidos y bueyes,

en palidez incierta.

Cuando la soledad se hizo vidente

mi padre asomaba cierto pudor.

Un día invocó el instinto, la luz furtiva de la nada.

Ahora, como un aire nonato me visita.

Regresa con su sombrero gris,

con sus ojos de océano, invisible.

Es un padre que cavila

la sobriedad, la ternura, el fervor de los nietos.

Su palabra vela desde las crines de la pampa.

Llega para invocar el pulso,

el hirsuto monte sobre el viento.

Lo saludo junto a un ciprés que recobra la tarde.

La resurrección es devoción y bruma

sobre los ejidos del exilio.



De "El aire y la hierba" (2004)





Aldea



Hay sepulturas horadadas en la piedra.

Y una espadaña que es extraña en la tierra.

Hubo batallas, nobles y normandos.

Hubo tégulas, molinos de mano.

Y mitos y hembras y dioses paganos.

Canes pétreos sostienen el alero

de las ruinas de un cenobio.

Aquí un hombre decidió su exilio

por la hambruna.







Ausencia



Preciso es que te bese dormida.

Que descienda la noche en el engaño.

Que hablemos del desván,

de mi pobreza, de mi fluvial nostalgia.

Dulce mía, es necesario amar

desde el silencio.

Y de súbito el miedo,

la oscuridad, el sueño inútil.

Y tu blusa ondulante
sobre la silla azul.









Galatea



Soy tu caballero de los ojos cerrados.

Sin lanza, sin espada, sin escudo.

Te traigo mi coraza y mi cansancio.

La medieval herrumbre del camino.

Soy parte del destierro,

un terciopelo oscuro, destrozado.

Y una carta que araña mi cintura.


De "Desobediencia de la aurora" (2000)







¿Oyes estas voces?


¿Oyes estas voces cansadas de infinitud,

de materia, de condenas e injurias?

(¿Estas voces quiméricas de luz,

de asombro, de trasamor ingrávido?)

Ungida está la copa

en este mísero sueño de la noche;

lleva la caricia de la amante,

la sensualidad de los altares desvalidos

la nupcial fragilidad de la pasión.

Fluye la hembra como una sacerdotisa

en su sombra. Este es el lecho del llanto

y del placer, el de la rosa única

que profetiza el abandono.

La que invoca el salvaje alimento

para resucitar los rituales de este prisionero.







Amo los viejos muebles


Amo los viejos muebles,

las manos antiguas que identifican

la intimidad del hogar.

Junto a la lámpara que descubre el poema

los dioses soplan y consuelan mi espíritu.

Una mujer me guía, me acompaña.

Los recupera del tiempo, los protege,

descubre el alma que habita la belleza.

Crea sitios mágicos en esta constelación

de libros, retratos y talismanes únicos.

Hay una liturgia, sutiles ritos.



Como una cripta en la iniciación

este sillón trasciende mi destino.



De "Elogio a la rosa de Berceo" (2002)







Ensueño



Ensueño. No vigilia. Ensueño.

Voz cercana, protectora.

Imagen de la imagen.

Cálida, fulgurante.

No apariencia. Cabellera

y susurro en la noche.

Distraída, sutil, evocadora.







Trasveo en tus ojos



Trasveo en tus ojos. Tu mirar

regresa recogiendo el estío.

Una melancolía celta

consumida en el alma.

Así te gozo. Sin que sepas

del mundo,

del trasamor vencido

por donde entremiro impávido.

Te descubro distante.

Imagino entre noches

el hechizo que aventa

los cabellos. Esencia errátil

tu mirar. Húmeda, oculta.

Te escapas de mis brazos.

Cedida.



De "Guiomar / Cantiga" (1996)







Los relojes



Recién ahora son visibles los relojes,

las flores azures de la fatalidad,

la demencia. La ferocidad del odio,

el abismo. Tarde descubrimos

lo absurdo del ensueño,

las cartas de amor, el abandono

de una alcoba alucinada.

Y la furtiva presencia del mar

en las estrellas.



De "La muerte y la rosa" (inédito)







Vals noble



Te llevo en el corazón.

No te detengas.

Con los labios te llamo

hasta perderte. Te deseo

desde el primer momento.

Te conquisto, te espero.

Me acongojo. Desde el amor

te miro. Desde el recuerdo

que es frágil como lo eterno.

Te busco en el azar, en las nubes,

en mi hombro.

Te pierdo para siempre.

Te busco ardiente, tempestuoso.

Sueño el cuerpo trémulo

de aliento. Me revelas pasión

en el querer, en el desmayo.



De "Valses poéticos" (1999)





(*) Carlos Penelas: nació en Buenos Aires (Argentina) en 1946. Es poeta, escritor, conferencista. Estudió en el Profesorado en Letras Mariano Acosta y en la Facultad de Filosofía y Letras (UBA). Dictó conferencias en Europa y Latinoamérica. Colaboró con diarios y revistas de la Argentina y del extranjero. Publicó más de treinta libros de poesía y prosa. Algunos de sus títulos en poesía son: “La gaviota blindada y otros poemas” (1975), “Finisterre” (1985), “El mirador de Espenuca” (1995) y “Posada del río” (2005). Ha publicado numerosas plaquetas con ilustraciones de Demetrio Urruchúa, Ponciano Cárdenas, Ricardo Carpani, Pérez Célis, Juan Manuel Sánchez, entre otros. En prosa, “Conversaciones con Luis Franco” (1978 y segunda edición ampliada, 1991), “Los gallegos anarquistas en la Argentina” (1996 y 1999), “Diario interior de René Favaloro” (2003) y “Cuaderno del Príncipe de Espenuca” (2004). Figura en antologías de la Argentina, España, Italia, China y Estados Unidos. Opinaron elogiosamente de su obra, entre otros, Luis Franco, Raúl González Tuñón, David Viñas, Ernesto Sábato, Juan L. Ortiz, Osvaldo Bayer, María Elena Walsh, Giuseppe Bellini, Thorpe Running, Eduardo Blanco Amor, Lily Litvak, Frank Dauster, Ricardo E. Molinari, Héctor Ciocchini, Hugo Cowes y Xesús Alonso Montero, entre otros. Su dirección en la web: www.carlospenelas.8k.com.

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