viernes, 26 de febrero de 2010

Poemania Nº 77 - Rogelio Ramos Signes

POEMANÍA

la manía del poema…

Hoja literaria de aparición virtual

Nº 77/2007





“La poesía es la lengua

de lo subjetivo permanente...”

José Martí





Poeta invitado: ROGELIO RAMOS SIGNES (*)




El llorar de los llorares




Y lloré por algo que yo no entendía.
Y lloré con ella.

Y el viento golpeó la puerta.

Y protesté “¡Qué elemental es el viento!”

Y Dios -que por entonces

era ayudante de cocina- dijo

“Ya está bien. Acompañar la comida con lágrimas

hincha la panza”.

Y ella dejó de llorar.

Y yo dejé de llorar con ella.




(Tomado del libro inédito “El décimo verso”)





El origen del mundo,
(Gustave Courbet, 1866)




Esta es la caverna primera y primordial
de todos los sueños. Entremos en ella.

Suavecita y muelle. Recóndita. Nutritiva,

nada malo puede sucedernos aquí.

Su música de extraños decibeles

se escucha con la lengua, se cata con los ojos.

La lluvia ocurre en sus paredes sin descanso

y su oscuridad es el sol de los tiempos.

Este es el jardín salvaje al que siempre volveremos.

El portal de la desmesura. La certeza de Dios.






(Del libro inédito “El décimo verso”)




Esbozo y lamento por la niña suicida




Y a la hora de volar
pequeñita

dejas la mano

que fue el nido

dejas la casa

que fue el mundo

dejas la vida

que fue un libro a medio leer

y que cualquiera consigue por monedas

en un negocio de usados.





(Inédito)





La canción del encastre




Ahora iniciarán los cuerpos
un diálogo sin tregua y en fisura.



Ahora se hará carne literal

aquello de “lo mío es tuyo”

y su irresistible viceversa.



Ahora vendrá la sangre de la vida,

el aire que quita la respiración.



Ahora nos bautizaremos mutuamente.



Ahora pondremos a trabajar

hasta el más alejado poro de frontera.






( Del tríptico “Letras de invierno” Rosario, Argentina, 1999)





La mirada cómplice



Párate frente al espejo
sin miedo, sin ropa, sin complejos.

Acomoda el orden vanidoso de tu pelo

con algún ademán copiado de tu padre.

Como si fueses tu hermano,

ensaya un gesto de vigor.

Aspira profundo. Mira de soslayo.

Perfúmate las axilas y no sufras.

Es tu madre quien te mira desde el espejo.

Todo está en orden.





( De la página virtual “PoeSite”)



Naufragio


a Claudia Nicolini





¿En qué parte de tu cuerpo

se acumulaba la falta de cariño?



¿En qué trayecto de tus huesos

se delataba la inminencia de lluvia?



¿En qué pasillo de tu corazón

pendían retratos de posibles salvavidas?



Deja ahora que ese caballero español

(que llegó tarde a este continente

para descubrir tierra alguna)

mitigue su agobio en la siesta de tu geografía.





(Del libro inédito “El décimo verso”)





No te duermas




No te vayas sin acariciar el lagarto

que trajimos de no sé dónde.



No soples los alimentos

que cocinamos para quemar tu garganta.



No cierres con llave

las puertas que carecen de cerradura.



No pidas perdón

cuando todos los perdones te hayan sido negados.



No llores, no supliques, no grites.

Nadie puede ayudarte desde adentro de un sueño.






(Del tríptico “Tiempo de Letras”

Casa Histórica, Tucumán, Argentina, 2005)







Pasatiempos del imperio




No hay aviones aquí (todavía)

pero sí en el mundo que acecha tras la puerta.

Las jóvenes señoras cambian de vereda

(en esta ciudad y en estos versos)

apretando un paraguas, sosteniendo un pañuelo

que el viento les agita con gracia.

En los charcos de la calle

se refleja un cielo tranquilo, a pesar de la lluvia,

un cielo donde mañana, o el jueves a más tardar,

cruzará un avión de los Estados Unidos arrojando bombas.





(Del libro inédito “El décimo verso”)





Poema intercepto



El alcohol ya había hecho su trabajo.

La conversación rondaba esas tierras aledañas

a la literatura y a la filosofía.

Mi mano sobre el balcón de su escote

celebraba la bendición de la pródiga naturaleza,

el adiós al dinero, a las fuentes del odio,

a la lucha por la vida en esta despiadada jungla.

Fue entonces que me miró a los ojos, y me dijo:

“Ramos ¿No le parece que ya está un poco grande

para andar escribiendo versitos?”





(Del libro inédito “El décimo verso”)



(*)Rogelio Ramos Signes: nació en San Juan (Argentina) en 1950. Entre sus libros publicados, mencionamos: “Soledad del mono en compañía” (poesía, Libros del Hangar, Tucumán, 1994); “Las escamas del señor Crisolaras (cuentos, Sudamericana, Buenos Aires, 1983) “Diario del tiempo en la nieve” (novela corta, Minotauro 10, Buenos Aires, 1985); “En los límites del aire, de Heraldo Cuevas” (novela corta, El Péndulo 13, Buenos Aires, 1986 ). De sus ensayos y artículos publicados, destacamos: “Polvo de ladrillos” (Libros del Hangar, Tucumán, 1995) y “El ombligo de piedra” ( Libros del Hangar, Tucumán, primera edición, 2000; segunda edición, 2001). Recibió, entre otros, el Premio “Más Allá” a la mejor novela de ficción publicada en la Argentina durante 1986, por “En los límites del aire, de Heraldo Cuevas” .Colabora en revistas de Argentina, Colombia, Venezuela, México y España. Reside en la provincia de Tucumán.

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