POEMANÍA
la manía del poema…
Hoja literaria de aparición virtual
Nº 59/2006
“Que la poesía se lea poco o mucho no tiene
la menor importancia. La poesía siempre ha sido
poco leída. No es que el número de lectores de poesía
haya disminuido sino que el número
de semianalfabetos ha aumentado...”
Juan José Saer
Poeta invitado: RICARDO COSTA (*)
PUNTOS DE VISTA
La forma más sencilla de celebrar una fundación
es marcar un punto junto al vacío.
Un punto es una partícula del todo imponiéndose
sobre la nada.
Un punto establece el origen de todas las formas
que caben en el universo, y el universo se mueve
sobre una sucesión de puntos encadenados
en el espacio.
Sobre uno de estos puntos estamos nosotros.
Abrazándonos y girando en un vacío que nos mantiene
flotando sobre un silencio absoluto.
Pero lo mejor de esto no es el silencio ni lo absoluto.
Lo mejor de esto es que nadie sabe que flotamos
porque obedecemos una ley fundamental.
Creo que ese es el punto: flotar abrazados a la idea
/de la nada
mientras los cuerpos se mueven y la fundación se convierte
en un acto de amor junto al vacío.
de Veda negra, 2001
VUELO ABIERTO
La mecánica natural del alma
hace que las pequeñas miserias
se conviertan en el riego natural del ojo.
Gota a gota trabaja la tristeza mientras el llanto
activa cada parte, cada minucia ordenada
en la memoria del dolor.
Entonces viene tu abrazo, tu súplica,
y el llanto avanza, transforma tu pérdida
en un sufrimiento líquido.
El ojo se cierra y la gota viene a colgarse de tu nariz.
Cae, y antes de estrellarse, forma en el aire un mundo
ausente de nosotros; un mundo transparente
que alcanza a brillar, a sacudirse como si estuviera vivo,
a reflejar dos rostros sorprendidos que no comprenden
cómo la naturaleza puede perder algo tan bello,
tan perfecto a la hora de reventar y que no los contenga
en cada astilla de agua que vuela cuando se abre.
de Mundo crudo (Patagonia satori), 2005
UNA NARANJA
EL cuchillo recorta circularmente la naranja
bajo su cáscara.
Hace correr el jugo entre el filo y la pulpa,
marcando el cauce de un camino líquido
que rodea a la fruta para venirse a tu mano.
Viéndote ejecutar esa maniobra, pienso que
algo terrible ocurriría con mi corazón
si tu apetito cayera en desgracia.
Ese movimiento giratorio, ese descascarar
en crudo para llegar al brillo de la pulpa,
daría con la parte más débil de un hombre
y la desnudez de su sangre brotaría hasta
manchar sus ojos de la manera más vergonzosa.
La diferencia la marcaría el ángel que mueve
tus manos.
Porque la fruta gira entre tus dedos para que
su carne se abra por entero a la luz.
En cambio, un corazón se pudre si no se lo corta
en el momento preciso.
Queda dudando lejos, cavado en una ruina oscura,
a treinta y cinco centímetros por debajo
de la boca.
de Mundo crudo (Patagonia satori) 2005
COPIA FIEL
No fueron suficientes las piedras que recogí
para marcar este territorio.
Además, la madera que señalaste guardar para el fuego
nunca calentó el hogar y la cama continuó tan blanca
y abierta como hasta ahora.
Todo este trabajo fue en vano porque los días continuaron
envejeciendo en sí mismos.
Pero lo que resultó verdaderamente inútil
fue el animal que me ordenaste domesticar:
esta bruta representación que come de mí
para alimentarte cada noche.
Después de la luna comienzo a dar vueltas en redondo
y golpeo ceremonialmente el lomo contra los bordes.
Así voy al apetito de mi memoria donde hay un día
idéntico a éste, un día con un tipo contando las piedras
apiladas junto a la leña, al mismo tiempo que acaricia
a un animal cuarentón que habla raro
y que dice resultarle familiar
tu voz cuando te escucha.
de Mundo crudo (Patagonai satori) 2005
FÍSICA BÁSICA
El lanzamiento de una piedra
acaba con la vida de una distancia
determinada.
Un poema cumple con el mismo objetivo:
acabar con la vida de un tiempo
determinado.
La piedra, una vez detenida, ignora
el significado de la distancia.
Una vez en vuelo, el poema es una curva
que se cierra sobre sí misma.
de Danza curva, 1999
ÚLTIMA PÁGINA
El trazado de la palabra vacío, no la palabra vacío
ni el vacío mismo - quiero decir- , el dibujo caligráfico
de esa idea es la línea que trabaja la mano
para que el perfil del vacío se fije
en la última página de esta carta.
Luego, una vez que la lectura recobre el poco valor
que apunta esta escritura,
tus manos intentarán cubrir sobre mí
aquello que el lenguaje no puede interpretar;
como cuando obedezco tu deseo y voy con mi cuerpo
entre tus piernas para sentir que afuera el mundo
está en blanco, deshabitado de nosotros,
dibujado en un papel que apenas se llega a leer
sobre tus ojos mientras se apaga.
de Mundo crudo(Patagonias atori) 2005
ARS AMANDI II
El amor es la traición más delicada
que puede sostenerse entre dos víctimas,
basta que una de ellas caiga primero
para que el otro asuma el poder.
El caído no sabe que ese dolor es suyo,
por eso piensa en el otro y lo compadece.
Duda entre someterlo o ser dominado
porque ignora que la voluntad es la negación
del poder sobre los caídos.
Arte simple y cruel, como la herida que falta
cuando la decisión está cargada en un puño
y alguien mide el golpe sin anunciar
cuándo, dónde, ni por qué.
de Danza curva, 1999
HOMO DIXIT
Cuando muera, el mundo se convertirá en un grano
minúsculo de mi bolsillo.
Por lo tanto, nombrarte será fácil pero pequeño,
como esas cosas que suceden cotidianamente:
la lluvia, el polvo, la silueta de la memoria.
¿Crees que el silencio pueda con ella?
Con la memoria, digo.
Por ejemplo, ahora viene mi perro, apoya el hocico
sobre mi pierna y su mirada habla de algo que sé.
Entonces la mano actúa para protegerse de sí mismo,
simula una caricia sobre la cabeza de la mascota.
Un perro que espera algo por temor a que los dedos
un día falten y el vacío se vuelva holgado,
generoso como la tierra,
suficiente para contener un único grano
que se asemeje a tu nombre.
de Homo dixit, 1993
MUNDO
Te pienso en la lluvia que moja esta casa
que huele a historia, a la ternura con que el mundo
se volvía ceniza mientras manejábamos el fuego
como una tempestad amarrada a los ojos.
Ahora el mundo es enorme y existen calles fuera de la casa,
enemigos que el tiempo se encarga de convocar
cuando ladran los perros o los vecinos barren sus veredas,
o ajustan a martillazos los techos para protegerse del agua.
Llueve y siento que hace demasiado que reconozco al mundo,
que pierdo memoria con respecto al cuerpo del fuego.
Pero huelo aún la sombra íntima de algo que se mueve.
Escucho caer el agua y vuelvo a nosotros, a lo difícil
que es mantener la mirada hacia fuera, porque siempre
queda un aire rondando por la casa;
algo tenue sobre los ojos que retorna con la lluvia
y envejece.
de Homo dixit, 1993
(*) Ricardo Costa: Nació en la ciudad de Buenos Aires (Argentina) en 1958. Ha publicado los siguientes libros: “Árbol de tres copas” (1988); “Casa mordaza” (Libros de Tierra Firme, Bs.As, 1990); “Homo dixit” (Libros de Tierra Firme, Bs.As 1993); “Teatro teorema” (Libros de Tierra Firme, Bs.As, 1996); “Danza curva” (Ediciones Del Dock, Bs.As, 1999); “Veda negra” (Ed. Del Dock, Bs.As, 2001) y “Mundo crudo /Patagonia satori” (Ed. Limón. Neuquén, Patagonia, 2005). Sus obras han obtenido reconocimientos en la Bienal Argentina de Poesía 1991; Premio Plural, México 1992; Concurso Becas y Subsidios a la Creación Artística-Fundación Antorchas 1995; Premio Fondo Nacional de las Artes 1998; Concurso Iberoamericano de Poesía Neruda, Chile 2000 y Premio Poesía en Tierra, centenario del natalicio del poeta Rafael Alberti, Centro Cultural. de España y Fondo de Cultura Económica 2004. Colabora con diversas publicaciones del país y del exterior. Es docente, miembro del Centro de Estudios Críticos e Históricos de la Literatura Argentina (UNC) y reside en Neuquén, Patagonia Argentina, donde vive entre la enseñanza y el aprendizaje. Su página web: www.ricardocosta.com.ar. Reside en la provincia de Neuquén.
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