viernes, 26 de febrero de 2010

Poemania Nº 110 - Liliana Lukin

POEMANÍA

la manía del poema…

Hoja literaria de aparición virtual

Nº 110/2007





“El poeta (por respeto a sí mismo, a su dignidad

y a su condición de ser humano) crea un lazo

ineludible con el poema que lo presenta,

lo prolonga, lo cuestiona, lo esclarece

o enturbia, lo redime...”

Mónica A. Scaldaferro







Poeta invitada: LILIANA LUKIN (*)





Del libro inédito, que publicará en 2007,

“Teatro de Operaciones”





Primera parte



Campo quirúrgico



1

La sierra eléctrica trabaja

sobre los troncos peligrosos.

Mi estancia entre los pinos

se ha vuelto literaria:

en la trepidación del sonido

contra el cual despegar

mi escena de escritura,

escribo con temor y temblor.

Haber leído el testamento

de Rilke, esas cartas urgentes,

cuando no había en mí urgencia

ni pinos, no mejora este momento.

Pero la memoria de una sierra

mortificando al poeta cada día,

hace de estos árboles cayendo

sobre mi cabeza, otro peligro:

soñar sólo con maderos,

no soñar más que ruidos

en un sueño sin gente.

El aire blanco de la quemazón

es un himno entonado suavemente

que se levanta de los muñones

incrustados bajo tierra,

aún cuando todo ya ha cesado

como en el paisaje después

de una batalla.



Mi estancia aquí en la niebla,

entre el deseo y la voluntad,

es una prueba de resistencia,

un trato con la vigilia

en el que llevo las de perder.





2


Me acompañan todas

las noches de escritura

como fuegos fatuos

esos rescoldos quemando al ras

la memoria de los altos follajes.

Los veo –se ven- aquí y allá casi

cinematográficos: contrastes,

brillos, reflejos, movimientos

en el lugar del asesinato.

Pequeños incendios circulares

que penetran en el barro

alrededor de esa amputación.

Harán listones, tablas, leña,

un futuro de utilidad

para el árbol caído.

Pero yo he visto: el lazo atándolos,

el lento trabajo de los dientes,

el momento crucial

en que se desploman

como toros en la estocada,

entre los gritos y la fuerza

de los hombres.



Y quedan los grillos del crepitar:

lo que se quema no duerme.





3


El humo viene a mí, se estrella

contra la ventana, se hace menos

espeso sobre los techos,

focos nuevos arden

grisados detrás de los árboles,

tapando un cielo de mica

que apenas roza el suelo

se golpea con el humo.

Estoy alerta en un sueño

con hombrecitos lejanos que operan

máquinas sobre las frondas, el musgo,

la densa capa de hojaldre de lo vivo.



Ellos tienen algo de lo que hacen:

astillados, indiferentes a su propia

quemazón.







Segunda Parte



Ingeniería natural




Volcada como

una copa goteás

tu dolor hacia adentro.

Sísifo del lenguaje,

lo que perfora no es

la insistencia del gotear,

sino una voluntad no reconocida

puesta en la gota: líquido veneno

y no elixir, lo líquido de los

acontecimientos vuelto veneno,

pasivo, quemante, adormecedor.

La trampa de un drama dado a beber

en una copa donde no hay

ni borra ni dulzura.

Lo que goteás deberías dejarlo

caer.






16



Acostarse, abandonar,

renunciar a la vigilia, desnudar

la cabeza de esa familia

de palabras: recostar

el alma que pesa.



Sobre su centro de gravedad

reposará ese miedo de perder

el control de los ecos del día,

de no ser

imprescindible en ningún rol.



Cerrar el ojo y el ojo: dejar

el deseo sin cerrar,

amar el cuerpo tendido

como se ama el sentido del soñar:

reposar, reposar,



como un guerrero que odia las guerras,

como la perra que amamanta a su cría,

dejar esa ‘pasión demencial’

por estar de pie y atenta olfateando ideas,

aprender la lenta disciplina de renunciar.







17



De amargas inquietudes

y del aceite de las

aproximaciones se componen

en parte mis quebrantos:

la resbaladiza persecución

de le mot just,

cantar la justa y sus

vinculaciones: ajustar

cuentas, nada de estar cerca

sino haber llegado,

jamás el manto podrido

del olvido, todo hace

un destilado que yo canto:

quebrantos, duelos y quebrantos,

eso son ahora mis virtudes.







18



No hay alivio para mí:

líquidos sinoviales ausentes

y cervicales en franca rebelión,

la alteración de lo visible en sí,

la esclerosis de las

profundidades...

Pero no son

la parte del león

de mi fortuna: cada una

de esas fallas es el precio,

la libra de carne con que pago

la energía,

el deseo y el ardor.

Todo se convierte en otro oro:

alquimia del verbo

que, encarnado,

en pura presencia me ha dejado:

escritura, amores, impaciencia,

dolores como ausencia

del Dolor.







20




Este comportamiento adictivo

con la ficción, el abuso

de consumo de escrituras

y la lectura como panacea son

sólo sal en la herida

de la calcinación muscular.



Y la pasión enfermiza por vagar

entre papeles, debajo de

los radiadores de silencio,

sólo produce éxtasis, atención excesiva del iris

por la música de la letra,

agotamiento y un placer que insiste.



Me tiendo en el lecho de Procusto

de esta realidad, desvestida de todo,

con el libro en la mano que resiste.







(*) Liliana Lukin : nació en Buenos Aires (Argentina) en 1951. Publicó, entre otros, los libros de poesía: “Abracadabra” (Ed. Plus Ultra, Bs.As.,1978); “Malasartes” (Ed. Galerna, Bs.As,1981); “Descomposición” (Ed. de la Flor, Bs.As.,1986); “Cortar por lo sano” (Premio E.C.A.; Ed. Culturales Argentinas, Bs.As., 1987); “Carne de Tesoro” (Premio Antorchas; Ed. Sudamericana, Bs.As,1990); “Cartas” (Ed. de la Flor, Bs.As., 1992); “Las preguntas” (Ed. de la Flor, Bs.As.,1998); “Construcción comparativa” (7 poemas, Plaqueta, Ediciones Delanada, Santa Fe); “Retórica erótica” (poemas, Asunto Impreso Ediciones, Bs.As., 2002) y “Construcción comparativa” (poemas, Alción Editora, Córdoba, 2003). Recibió numerosos premios por su obra literaria. Realizó performances de lectura, video y música, performances de poesía visual y actividades interdisciplinarias integrando danza, poesía y música, teatro y literatura. Como Asesora Literaria del Centro Cultural General San Martín, entre 1988 y 1989 organizó el Foro de Literatura Contemporánea y el 1º Foro de Cine Argentino. Fue Asesora de Colección en la Editorial Seix Barral, entre 1994 y 1996 y desde 1988 hasta 2001 fue Asesora Literaria de la Fundación Noble, donde organizó XIII Encuentros de Escritores, editando los “Cuadernos de Narrativa Argentina”, y coordinó talleres de literatura y crítica en universidades y centros de estudio del país y de EEUU. Como docente publicó “Una Biblioteca de mano o cómo hacer un lector divertido” y “El Taller de Escritura/Creación literaria”, proyectos para el desarrollo de la lectura y la producción de textos. Es autora de los ensayos: “El cuerpo en la letra de El entenado, de Juan José Saer”, 1985; "Es presa de sí demasiado", en "La escritura en escena" (publicación de los Coloquios de New York, Duke, La Plata y Bs. As., Fundación Proyecto al Sur) Ediciones Corregidor, Bs.As., 1994 y “El cuerpo en Gutural, de Estela Dos Santos”, 2001. Es autora de antologías temáticas, entre otras: “Una Buenos Aires de novela,1838-1963” y “Una Buenos Aires de novela II,1963-1983”, Ed. Sudamericana, 1999 y 2000, “Una América de novela”, Ed. Sudamericana, 2001, “Lecturas para mujeres que no duermen” y “Lecturas para mujeres románticas”, Ed. Sudamericana, 2001.. Es Licenciada en Letras de la Universidad de Buenos Aires. Recibió la Beca del Fondo Nacional de las Artes en 1997.

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