POEMANÍA
la manía del poema…
Hoja literaria de aparición virtual
Nº 109/2007
“La poesía no puede ser otra cosa
que un diálogo abisal entablado
entre el ser y el mundo...”
Enrique Molina
Poeta invitado: RODOLFO LEIRO (*)
NO DEJO NADA
Preparo mi equipaje, despacioso
en la calma habitual de cada anciano,
rescato de mi página de humano
con cierto fatalismo licencioso,
el muro, mi clavel, el paso ansioso,
mi parra, la placita, andén, verano,
mi amistad, mi ternura, limpia mano,
la caricia primera, el armonioso,
el garbo de su paso primoroso,
mi casita, la esquina, el empeñoso
festín de mi rayuela displicente;
efigie de mis viejos, mi alborada,
mi luto, mi dolor. No dejo nada.
Solo un beso final sobre tu frente.
JICARA
Este día sin sol, un anatema
de sombras en mi jícara de brisa,
de mística, de luto en mi repisa,
luciendo mi dolor como un emblema.
Curiosa vecindad. La misma pena
con rito de gorrión en mi cornisa
y acaso vaga lumbre, en la imprecisa,
la vasta necedad de mi condena.
Empero, con mi lente traficante,
triscando en cada gema, en la diamante,
la excelsa dimensión de mi apostura,
intento, sin zafio desaliento,
en el día que vivo como un cuento,
urdir un duende azul con mi ternura.
INVIERNO
Hoy que fenece el invierno
con una sonrisa opaca,
forjo mi mundo de hamaca
con un tímpano fraterno
y el mismo fervor alterno
en mi péndola de alpaca.
Tiemblo en un talle de mata,
me sumo a su beso tierno
y en el infinito eterno
que mi pupila remata,
mi voz de ayer se refracta
en la faz de mi cuaderno.
Me abrazo a la vieja mata.
Queda conmigo el invierno.
TU FIGURA
El espasmo biológico que asume
a través de su azar inescrutable,
el designio vital e incomparable,
el genético plasma que resume,
en un mapa de cálculo infinito,
la napa residual, la geometría,
esa especie de oculta sinfonía
con el istmo solemne de su rito,
de congeniar, orfebre de granito,
matriz de su Petrarca manuscrito,
el Hombre, la Mujer, la gran figura,
no ha podido rizar tu yo absoluto;
con el mismo troquel, lúcido bruto,
gozarás la mutual de tu aventura.
IRÁ CONMIGO
Mi sombre irá conmigo, lo presiento.
Partiremos los dos en madrugada,
como un ave sedienta de alborada
bebiéndose los pálpitos del viento.
Fundaremos el Templo del Contento
con vestes de una rosa desposada
y el néctar de un abeja enamorada
olvidado en un tríbulo sangriento.
Dejaremos atrás el firmamento
y en el oculto espacio del talento
que tienta acada vate presuntuoso,
forjaremos con ósculos de aliento
el abrazo postrer del sentimiento
sobre el irir de un vínculo afectuoso.
(*) Rodolfo Virginio Leiro: nació en Junín (provincia de Buenos Aires, Argentina) en 1921. Su obra édita compendia numerosos títulos, entre ellos los libros de poemas “Auras y Estrías”; “Rimas en la fronda”; “Gotas en la piel del surco”; “Poemas olvidados” y “Pañuelo de bohemio”. En narrativa, se destacan los volúmenes de cuentos “Dátiles de arcano”; “El anillo de Ágatha” y “Cuentos memorables”; tiene también publicadas varias novelas, como “La ladrona”; “Juan S. Juan”; “Una dama en la bañera”; “El reloj”, “Un espejo sin imágen”; “El transplante” y “Disco color plata”. Ha integrado una veintena de antologías atnto en Argentina como en el exterior.
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