viernes, 26 de febrero de 2010

Poemania Nº 74 - Jorge Santiago Perednik

POEMANÍA

la manía del poema…

Hoja literaria de aparición virtual

Nº 74/2007







“La poesía es la tenaza de adiestración

fulmínea para arrancar todos los

clavos y echar a rodar todas las cruces...”

Francisco Madariaga









Poeta invitado: JORGE SANTIAGO PEREDNIK (*)







El gran derrapador



los tres pajaritos subidos sobre un alambre

decían “tu amor, tu amor”

o quizá “tu est mort”

el de la izquierda sosteniendo unas hierbas en el pico

el del centro diciendo éste es el alambre de la verdad

el de la derecha preguntando qué pasa cuando el alambre termina

pensé que eran los tres chiflados

y también la santísima trinidad

el padre y el hijo chiflados y el espíritu chiflado

riéndose a coro del gran derrapador





en el nido la madre es lo único cierto

entonces el hijo no existe,

o el hijo es lo único cierto

entonces la madre se disuelve en

la certeza inalcanzable

la corteza, el barro, las ramitas

se disuelven tras el temporal

el poema se incompleta

si la muerte es femenina y la vida neutra ¿la nada es

Eva, el poema, no tuvo madre ¿la borro

o el nido no es un nido,

o nunca vi los ojos de una madre,

siempre cerré las ventanas a esa comedia de enredos





derrapo

derrapo

derrapo

derrap





nido nivenido

en el lugar no hay nadie

los autos frenan y miran

se deslumbran

la muerte

la mujer desnuda que llama la atención

chocando

maneja la penúltima palabra

distrae y pierde





la poesía es el monólogo

la negación del entredós

o la poesía es el alambre

la exigencia de tránsito

o el monolagambre

un nido vacío

una hembra con

un hombre sin identidad

cuyo movimiento

da la identidad





las banderas flamean al viento decorado

flap flap flap

cualesquiera sean sus colores

son el verano verdadero:

llevan como última palabra

en el ángulo superior izquierdo

la cosa del acoso

una hoz y una ruleta





la definición diabólica dice

derrapar es quitar la rapa y la rapa es

el delirio burgués sobre las manzanas podridas del gran derrapador

el infierno es lo contrario del fierno y el fierno es

el sueño de todas las banderas con la eternidad del despertar

la arena es la negación de la rena y la rena es

ese mamífero lumpen que nunca llegará a existir

más acá de los delirios y los sueños





cuando se muere a la evidencia de que no se muere

¡zas! se renace a la condena del instante

el hermano fue herido por mi mano

la mano que corté y es ahora de ella

cortésmente le digo: es el mundo, no nosotros

el que está puesto patas para arriba

¿puede ser de otra manera?

mi hijo me abandonó para mirarme

sentado patas para arriba

de allá lejos

me abandonó porque tuvo miedo

¿significa que yo lo abandoné?

leo

por qué lo abandoné

o

por qué me abandonaste, por qué me abandonaste





derrapo

derrapo

recuerdo la anécdota:

porque me abandonaste

puse un bandoneón sobre la barra

para no tocarlo

un amuleto

para no tacharlo

me hice mula

escuché los murmullos y grité ¡no, no, no!





la pregunta de San Pedro:

¿cómo se le dice a un poro pequeño?

¿y a uno más pequeño todavía?

¿hay algo más pequeño que un poro más pequeño todavía?

y dije que no había, que no,

y sonriendo

debí taparme la boca:

había contraído la deuda

había negado la ínfima infinitud





embisto





reboto





contestando a la pregunta trinitaria:

hace mucho que estoy muerto





salgo





los tres pajaritos sobre el alambre:

fiu: volaron:

no hay eternidad:

hay accidente:

un rezo y una orden:

si nada se cumple todo se cumple

¿cumplimos?

dije no, que no había que, que

la coincidencia

es decir, que no

y dije no, no, no

dije: no



(de “El gran derrapador”)









Balada de la oveja fuera del rebaño





El final del affair siempre es su muerte

y el principio es .

Decir «sucedió» antes de haber aprendido cuál es el papel

cómo ejecutarlo, ensayo, estreno y despedida

sin quitarse siquiera el sombrero.

¡Hola, irreparable!

Esta es la escuela, ése su ceder.

El ojo descubre que no puede observar lo que mira,

el oído quiere escuchar el aliento de otro

y escucha el del que está. Horror es una palabra

con demasiado pocas letras que significa broma.

A los que están cerca mío ¡salud! Se los desea el entrehombre.

A los que están tan tan lejos, buen provecho.

(Y ella está al lado. Proceder.)





Dedo a dedo, ahora

la copa de la campana es un tajo

y la mano un proyectil.

Algo repica

tirando de la soga

y el proyectil rasca.

Los dedos quedan húmedos.

Inclinado en el sillón donde tantos y tantos la montaron

el cuerpo pide un desplazamiento hacia la excepción

tomarla prestada por detrás

sobre la manta de flores.

Se respira la música del horror,

su cederá. Se oye una respuesta inquisitiva.

¿Quién suena? ¿Quién sueña a quién? ¿Cuántos?





Comparar a un hombre valiente con un león.

Comparar a una mujer de manto encendido con la aurora.





Desabotonar la blusa, desabotonar la bragueta

permitir que dos paisajes inconexos se entremezclen.

Siempre uno es el cuerpo del horror, el otro

el cuerpo de la broma. Siempre repica la campana

y no se sabe cuál es cuál, quién es qué.





El lenguaje humano tiene 100.000 años

la literatura 10.000

el poema de amor es todavía nonato.





El mapa de las relaciones incluye

todos los continentes

ninguno de los contenidos.

Quienes estamos adentro tuyo

sin hermanarnos

estamos afuera del mapa

cuyas formas indican movimientos

sucesiones discontinuas

accidentes

tu cuerpo y mi cuerpo

lo tuyo y lo mío indistinguibles.

Que detrás de la playa está ésta

y detrás de la montaña la otra

cuál, cuál

suena la campana:

la playa y la montaña se hacen una

y el monstruo de la superposición

desintegra los engranajes.

La máquina amorosa, morosa, nunca funcionó

tiene la incertidumre de una letra menos

pero en un esfuerzo final, estruendoso

los cuerpos habitados saludan el alba

con sus particulares modos:

consultando los libros

el uno pasa a estar adjetivado

cerrando los libros

aun los adjetivos más bellos son insultos:

el otro empieza a ser una persona

y bala el amor al desamor.



(de “El gran derrapador”)









Pescando en el río



sentados

uno al lado del otro

pensando

quién de los dos es el otro

pescando

pensando

si alguno pescará a alguno

acordamos que pensar es pescar





las olas del río

no hacen espuma

y la mente





pasan nubes

errantes

inscriben formas

que cambian

las ideas





a ambos lados muchos pescan

cadáveres

pocos piensan

vivazmente

los ahogados preguntan

qué es la vida

acordamos que pescar es pensar





los peces muerden el anzuelo

y mueren

las ideas sueltan la carnada

y mienten

nosotros somos

y nos ahogamos

sólo se pescan a sí mismos

los que están en su propio cielo





sobre el hambre de los peces

y el hambre de los hombres

decidimos hacer las paces

sentados junto al río

uno junto al otro

pescando y pensando y saciando

el ímpetu de la corriente

mientras la mente





todos pescan

nadie puede hacerlo

el agua corre detenida

los ellos que éramos erramos

los nosotros que piensan tropienzan





al preguntarle sobre el hogo

a los ahogados

al preguntarle a los ahogados

sobre el hogo

en la orilla de este mundo

sentados uno junto al otro

los vivos piensan

ahogados

el ahogo piensa

a los vivos

muchos desean

bastantes imaginan

pocos quieren

algunos tratan

todos pescan



(de “El gran derrapador”)







El traductor al japonés pregunta



el traductor al japonés pregunta

¿japonés es la persona o el idioma?

¿por un juego de palabras no hay personas

sino idiomas que engendran lenguas?

¿torcidas por un efecto babélico?

¿que hace hablar a las personas?

¿en la lengua de O, en la lengua A?

¿O es otro, A es ajena?

¿O es varón, A es mujer?

¿por un juego de personas

no hay lenguas sino sexos

órganos de mi y ti que encajan

y se confunden?

¿engendran

juegos lingüísticos?

¿para multiplicarse?

¿distraerse?





el traductor al japonés pregunta

¿lo que mira designa al ojo

al portador del ojo

a aquello mirado por el ojo?

¿el ojo y lo mirado son designados juntos

en una misma palabra-frase?

¿forman con el que mira un único y solo complejo?

¿el complejo de mirar y el mirar complejo

son complementarios,

consecutivos, antagónicos, independientes?

¿un mirar que mira para lo, lo mira para que?

¿por lo, por que?





el traductor al japonés pregunta

esto que estoy haciendo, preguntar

¿significa pedir, exigir, demandar?

¿dar, proveer, aportar?

al hacerlo ¿requiero o sugiero una respuesta

impongo?

¿el pre de la pregunta es un prefijo?

¿determina precedencia, prelación, privilegio?

¿preguntar a implica subjetividad, preguntar de objetividad

preguntar por causa, destino, dirección?

¿que la letra g esté ubicada centralmente significa que el obstáculo

de toda pregunta se omite como la g

al pasar por la garganta o el garguero?





el traductor al japonés pregunta

¿hablar sobre el mar es pararse sobre las olas?

¿discurrir respecto de un tema?

¿figurar lo inestable del decir?

la particularidad en una lengua, si existiera, ¿debe pasar a la otra

–como en hablar parado en el atlántico­ sur–

reprimirse conforme a las condiciones de la otra

–como en hablar sobre el mar que nos separa de China–

inventarse conforme a las condiciones de la otra

–como en discurrir a orillas del volcán­–

modificarse o adaptarse

–como en balbucear con la cabeza en la boca del tigre–

despreciarse como problema?





el traductor al japonés pregunta

sobre una lengua que alguna vez consideré propia

y cuanto más pregunta la vuelve

más o, más a

¿O es otro, A es ajena?



(de “El gran derrapador”)







El todo la parte



Uno, bajo un arbusto de números

desnudos, multiplicamos y dividimos

sin poder sumar o restar

en un diluvio persistente

que los árabes llamaban el cero.

Cero es eros

uno es error

dos equivocación.

Bajo ese arbusto estabas vos

y yo no podía acercarme.

Bajo ese arbusto estaba yo

y no me reconocía.





Dos, detrás de un árbol silencioso

a su sombra, desnudos

como aprendices de amantes cartesianos

anotamos la aritmética del mundo

(aritmeticae mundi), las medidas de la bola terráquea

y soplamos nuestros alientos

moviendo nuestras caderas

tibi

la tibia gimnasia que tienta

a que el mundo se haga.

Es extraño hablar en plural y en primera persona

y en esa extrañeza de uno mismo está lo siniestro

de un poema de amor, el yo plural.

El sexo no es la verdad

no requiere velos sino artificios

que no requieren ser velados salvo que...

La guerra entre los sexos no existe

sino la guerra entre tal o cual persona

contra este o aquel sexo

tu guerra en contra de algo

que no es yo pero me pertenece.

La guerra entre las personas y los sexos como abstracción

es una fase preliminar

calculada, de la guerra entre el adentro y el afuera o

sociedad perfecta.

Según la ley

de las pequeñas equivalencias las inversiones no son tales.

Me decís que la parte es igual al todo

sesenta y nueve igual a infinito, o mejor

que sólo existe el todo, lo que sería cierto

si la sociedad fuera una masa mística.

La perspectiva desde una plaza circular

muestra que no lo es

nos hace ver otro tiempo, compartir la charla

con filósofos que sueñan que existimos

desnudos detrás del arbusto

practicando la pequeña escena sin prisa.





Tres, mirando el cielo arranco al arbusto un número

y tengo parte de una cifra.

¿La atribuiré al cielo? ¿Al arbusto? ¿A lo que sumamos?

Tengo parte de una cifra.

Tengo un sí.

Sólo así puedo decir, en lenguaje cifrado

que odio significa amor

y que si te odio

te amo y no puedo. Que amor no significa odio

tortuga no significa perro

techo puede significar piso

y que si te amo no te odio.

Por la ley de las grandes simplificaciones

tu camisa de seda puede quitarse

y lo que sigue se puede callar.

Tengo tu camisa en la mano

y me la pienso poner

operación dudosa

que obedece a una ley distinta.

Las leyes no pueden obedecerse porque

una ley es menor que uno mismo

salvo que la ley sea uno mismo

y uno mismo seas vos, en cuyo caso...

Una ley no es una regla y las reglas te pertenecen.

Entre la ley y la regla está el abismo de tu persona

y a la vera del abismo, desnudo

termino ladeado por una tradición ajena

en la que estoy inmerso, detrás de los matorrales

mirando tu nombre mientras quiero mirar la cosa

y no soporto lo que permitiría

que éste no fuese un poema de amor.





Cuatro, vos y yo nos reconciliamos

en un tercero, porque el todo no puede

existir sin las partes.

Los dos ancianos están dormidos, están durmiendo

y ambas cosas significan lo mismo.

Roncan en su sueño el ruido de la pequeña piedra

que cae por la ladera sin provocar avalanchas.

El milagro del uno que avanza

y no arrastra a muchos.

Esa paz en sus rostros indica que la guerra

llegó a su fin y hubo victoria:

sentir que no hubo guerra.

Devenimos ellos para alcanzar

eso a raíz de lo cual estamos

desnudos detrás del arbusto

con tus cejas agresivas y tus ojos que calculan

si somos partes en esto

y el todo lo autoriza.

Sin ese todo no habría partes

no habría número

no existiríamos.





(de “El todo, la parte”)







Retrato del poeta con Juan L. Ortiz



entre Paraná y Diamante no todo es oscuro

los ojos del gato miran el futuro y ven el presente

los ojos humanos miran el presente y ven el pasado

la luz de la luna muestra los costados del camino

dice a todos no se salgan de aquí

aunque allá haya otros caminos no se salgan

no dejen que la noche los trague

los ojos del gato reflejan un mundo amarilloverdoso

la luz de la luna ilumina ¿el mundo, los ojos, el gato?

sus débiles rayos no pueden quebrar

la luz de la costumbre, su oscuridad

la demora de la noche se prolonga, se empecina

no da a conocer su causa

no admite ni busca una causa

es un llamamiento a proseguir

demorando el llamamiento

Juan lee en el diario la errata

el tipógrafo había escrito toros en vez de otros

una lunática chispa de verdad

sobre la condición homínida

el otro puede ser el toro del uno

vincularse con el otro es embestirse

una manada salvaje irrumpe por la izquierda

en rápida maniobra hay que esquivarla

no tengo la capa del torero soy el otrero

no tengo el volante soy el conductor terrestre

cada segundo en esta noche repite una oscuridad del pasado

me arremuleo en el asiento del auto sin saber qué significa

no debo dormirme

la radio no funciona

la mente no funciona

va a demasiada velocidad

no puede o no quiere seguirla el lápiz

que escribe sobre un papel

que apoyado contra el volante

hace sonar la bocina

el gato pega un respingo

sus ojos celestegrisáceos

no miran como el tiempo al que los mira

difuso confuso dicen jamás ataré mi cuerpo a ti

más que por una debilísima hebra

la necesidad

a la duermevela como a la costumbre

hay que partirla o cortarla

el filo de la atención

el golpe del azar

los objetos de la luz

el conductor puede pisar al gato

porque unos golpes de timón logran timarlo

subimos por la cuchilla y nos corta

bajamos por la cuchilla y nos cura

los toros u otros inmóviles a los costados

también se mueven:

están quietos a distinta velocidad

falta poco para llegar a Diamante

¿poco es nunca? ¿algo es siempre?

la nada facetada atravesada por un finísimo haz de luz

da el espectro de un camino inminimible

el coche se detiene

todos están dormidos incluso el gato incluso el sueño

el mundo deja de andar

la vigilia cierra los ojos y se olvida

el sueño abre los ojos y se olvida

el camino del pasado y el camino del futuro se desordenan

intransitables, irrecorribles

el camino de la risa y el camino del acento no pueden ser caminos

adheridos a los objetos

atados por una hebra inexistente

llevan adonde estamos

el inlugar del intiempo

queremos llegar a Diamante ¿queremos?

algo no funciona: el fuego que ahí se llama juego

aquí no se consume, se llama necesidad



(de “El todo, la parte”)







Lautreamont



La poesía debe ser hecha por todos

dijo el Conde y lo que esconde

(paronomasia)

el axioma en la punta y en el filo

es el colectivismo de la totalidad

el sincretismo de la alienación

Algo puede ser hecho por alguien

no por cualquiera

ni por todos

y si no quieren

(todos, alguien o uno)

….

La poesía debe ser hecha

dijo el Conde la dificultad

es su proceso innecesario

La máquina de coser sobre

la mesa de operaciones arma

un engranaje productivo

que ilustra la gratuidad

Hacerlo funcionar puede ser

la libertad de uno en la factura del puede

el totalitarismo de todos en la hechura del debe

o una sociedad de máximo horror

donde el poema y la gente

….

La poesía debe ser

dijo el Conde

queriendo proyectar en la imaginación

un registro compulsivo, moral

el cruce del verso obligado

sobre la tabla del cirujano que dice

la poesía nació para coser

una herida maquinal que no está abierta

….

La poesía debe dijo el Conde

y de quién es la deuda

y por qué la paga otro

y cuánto cancela con ello

y qué contrae al final

Si “todos” significara “poesía”

la traducción diría a la fuerza:

la poesía debe ser hecha por la poesía

lo que sólo puede significar

poesía poesía poesía

poesía poesía poesía poesía

….

La (dijo el Conde en un olvido)

(y el lápiz le tembló:

si la desdicha del poeta

no es dicha por todos

o la dicha del poeta

no es desdicha por todos

o la desdicha de todos

no es dicha por el poeta)

(e inmediatamente recordó)

….

La poesía dijo el Conde

….



(de “La querella de los gustos”)





(*)Jorge Santiago Perednik: nació en Buenos Aires en 1952. Publicó como poeta “Los mil micos” (1979), “El cuerpo del horror” (1981), “El shock de los lender” (1985), “Un pedazo del año” (1986), “El fin del no” (1991) “Variaciones pad- in” (1996), “La desconocida-Circo macedonista sobre "Adriana Buenos Aires" (1998), “El gran derrapador” (2002), “El todo, la parte” (México, 2005), “La querella de los gustos” (2006) . Publicó también varios libros de ensayos y traducciones de escritores de habla inglesa entre los que figura E.E. Cummings, Charles Olson, John Milton, William Carlos Williams y Jonathan Swift. En 1980 fundó la revista Xul. Signo viejo y nuevo y desde 1995 co-dirige la revista DERIVA de la literatura.

1 comentario:

catalina boccardo dijo...

impresionante poeta, gracias.