POEMANÍA
la manía del poema…
Hoja literaria de aparición virtual
Nº 74/2007
 
 
 
“La poesía es la tenaza de adiestración
fulmínea para arrancar todos los
clavos y echar a rodar todas las cruces...”
Francisco Madariaga
 
 
 
 
Poeta invitado: JORGE SANTIAGO PEREDNIK (*)                              
 
 
 
El gran derrapador
 
los tres pajaritos subidos sobre un alambre 
decían “tu amor, tu amor” 
o quizá “tu est mort” 
el de la izquierda sosteniendo unas hierbas en el pico 
el del centro diciendo éste es el alambre de la verdad 
el de la derecha preguntando qué pasa cuando el alambre termina 
pensé que eran los tres chiflados 
y también la santísima trinidad 
el padre y el hijo chiflados y el espíritu chiflado 
riéndose a coro del gran derrapador 
 
  
en el nido la madre es lo único cierto 
entonces el hijo no existe, 
o el hijo es lo único cierto 
entonces la madre se disuelve en 
la certeza inalcanzable 
la corteza, el barro, las ramitas 
se disuelven tras el temporal 
el poema se incompleta 
si la muerte es femenina y la vida neutra ¿la nada es 
Eva, el poema, no tuvo madre ¿la borro 
o el nido no es un nido, 
o nunca vi los ojos de una madre, 
siempre cerré las ventanas a esa comedia de enredos 
  
  
derrapo 
derrapo 
derrapo 
derrap 
  
  
nido nivenido 
en el lugar no hay nadie 
los autos frenan y miran 
se deslumbran 
la muerte 
la mujer desnuda que llama la atención 
chocando 
maneja la penúltima palabra 
distrae y pierde 
  
  
la poesía es el monólogo 
la negación del entredós 
o la poesía es el alambre 
la exigencia de tránsito 
o el monolagambre 
un nido vacío 
una hembra con 
un hombre sin identidad 
cuyo movimiento 
da la identidad 
  
  
las banderas flamean al viento decorado 
flap flap flap 
cualesquiera sean sus colores 
son el verano verdadero: 
llevan como última palabra 
en el ángulo superior izquierdo 
la cosa del acoso 
una hoz y una ruleta 
  
  
la definición diabólica dice 
derrapar es quitar la rapa y la rapa es 
el delirio burgués sobre las manzanas podridas del gran derrapador 
el infierno es lo contrario del fierno y el fierno es 
el sueño de todas las banderas con la eternidad del despertar 
la arena es la negación de la rena y la rena es 
ese mamífero lumpen que nunca llegará a existir 
más acá de los delirios y los sueños 
  
  
cuando se muere a la evidencia de que no se muere 
¡zas! se renace a la condena del instante 
el hermano fue herido por mi mano 
la mano que corté y es ahora de ella 
cortésmente le digo: es el mundo, no nosotros 
el que está puesto patas para arriba 
¿puede ser de otra manera? 
mi hijo me abandonó para mirarme 
sentado patas para arriba 
de allá lejos 
me abandonó porque tuvo miedo 
¿significa que yo lo abandoné? 
leo 
por qué lo abandoné 
o 
por qué me abandonaste, por qué me abandonaste 
  
  
derrapo 
derrapo 
recuerdo la anécdota: 
porque me abandonaste 
puse un bandoneón sobre la barra 
para no tocarlo 
un amuleto 
para no tacharlo 
me hice mula 
escuché los murmullos y grité ¡no, no, no! 
  
  
la pregunta de San Pedro: 
¿cómo se le dice a un poro pequeño? 
¿y a uno más pequeño todavía? 
¿hay algo más pequeño que un poro más pequeño todavía? 
y dije que no había, que no, 
y sonriendo 
debí taparme la boca: 
había contraído la deuda 
había negado la ínfima infinitud 
  
  
embisto 
  
  
reboto 
  
  
contestando a la pregunta trinitaria: 
hace mucho que estoy muerto 
  
  
salgo 
  
  
los tres pajaritos sobre el alambre: 
fiu: volaron: 
no hay eternidad: 
hay accidente: 
un rezo y una orden: 
si nada se cumple todo se cumple 
¿cumplimos? 
dije no, que no había que, que 
la coincidencia 
es decir, que no 
y dije no, no, no 
dije: no
 
(de “El gran derrapador”)
 
 
 
 
Balada de la oveja fuera del rebaño
 
 
El final del affair siempre es su muerte 
y el principio                    es                       .  
Decir «sucedió» antes de haber aprendido cuál es el papel
cómo ejecutarlo, ensayo, estreno y despedida 
sin quitarse siquiera el sombrero. 
¡Hola, irreparable! 
Esta es la escuela, ése su ceder. 
El ojo descubre que no puede observar lo que mira, 
el oído quiere escuchar el aliento de otro 
y escucha el del que está. Horror es una palabra 
con demasiado pocas letras que significa broma. 
A los que están cerca mío ¡salud! Se los desea el entrehombre. 
A los que están tan tan lejos, buen provecho. 
(Y ella está al lado. Proceder.) 
  
  
Dedo a dedo, ahora 
la copa de la campana es un tajo 
y la mano un proyectil. 
Algo repica 
tirando de la soga 
y el proyectil rasca. 
Los dedos quedan húmedos. 
Inclinado en el sillón donde tantos y tantos la montaron 
el cuerpo pide un desplazamiento hacia la excepción 
tomarla prestada por detrás 
    sobre la manta de flores. 
Se respira la música del horror, 
su cederá. Se oye una respuesta inquisitiva. 
¿Quién suena? ¿Quién sueña a quién? ¿Cuántos? 
  
  
Comparar a un hombre valiente con un león. 
Comparar a una mujer de manto encendido con la aurora. 
  
  
Desabotonar la blusa, desabotonar la bragueta 
permitir que dos paisajes inconexos se entremezclen. 
Siempre uno es el cuerpo del horror, el otro 
el cuerpo de la broma. Siempre repica la campana 
y no se sabe cuál es cuál, quién es qué. 
  
  
El lenguaje humano tiene 100.000 años 
la literatura 10.000 
el poema de amor es todavía nonato. 
  
    
El mapa de las relaciones incluye 
todos los continentes 
ninguno de los contenidos. 
Quienes estamos adentro tuyo    
sin hermanarnos     
estamos afuera del mapa 
cuyas formas indican movimientos 
sucesiones discontinuas 
accidentes 
tu cuerpo y mi cuerpo 
lo tuyo y lo mío indistinguibles. 
Que detrás de la playa está ésta 
y detrás de la montaña la otra 
cuál, cuál 
suena la campana: 
la playa y la montaña se hacen una 
y el monstruo de la superposición 
desintegra los engranajes. 
La máquina amorosa, morosa, nunca funcionó 
tiene la incertidumre de una letra menos 
pero en un esfuerzo final, estruendoso 
los cuerpos habitados saludan el alba 
con sus particulares modos: 
consultando los libros 
el uno pasa a estar adjetivado 
cerrando los libros 
aun los adjetivos más bellos son insultos: 
el otro empieza a ser una persona 
y bala el amor al desamor. 
 
(de “El gran derrapador”)
 
 
 
 
Pescando en el río
 
sentados
uno al lado del otro
pensando
quién de los dos es el otro
pescando
pensando
si alguno pescará a alguno
acordamos que pensar es pescar
 
 
las olas del río 
no hacen espuma
y la mente
 
 
pasan nubes
errantes
inscriben formas 
que cambian
las ideas 
 
 
a ambos lados muchos pescan
cadáveres
pocos piensan
vivazmente
los ahogados preguntan
qué es la vida
acordamos que pescar es pensar
 
 
los peces muerden el anzuelo
y mueren
las ideas sueltan la carnada
y mienten 
nosotros somos 
y nos ahogamos 
sólo se pescan a sí mismos
los que están en su propio cielo
 
 
sobre el hambre de los peces 
y el hambre de los hombres
decidimos hacer las paces
sentados junto al río 
uno junto al otro
pescando y pensando y saciando
el ímpetu de la corriente
mientras la mente
 
 
todos pescan
nadie puede hacerlo
el agua corre detenida
los ellos que éramos erramos 
los nosotros que piensan tropienzan
 
 
al preguntarle sobre el hogo
a los ahogados
al preguntarle a los ahogados
sobre el hogo
en la orilla de este mundo
sentados uno junto al otro
los vivos piensan
ahogados
el ahogo piensa
a los vivos
muchos desean
bastantes imaginan
pocos quieren
algunos tratan
todos pescan
 
(de “El gran derrapador”)
 
 
 
El traductor al japonés pregunta
 
el traductor al japonés pregunta
¿japonés es la persona o el idioma?
¿por un juego de palabras no hay personas
sino idiomas que engendran lenguas?
¿torcidas por un efecto babélico?
¿que hace hablar a las personas?
¿en la lengua de O, en la lengua A?
¿O es otro, A es ajena?
¿O es varón, A es mujer?
¿por un juego de personas 
no hay lenguas sino sexos
órganos de mi y ti que encajan
y se confunden?
¿engendran 
juegos lingüísticos?
¿para multiplicarse?
¿distraerse?
 
 
el traductor al japonés pregunta
¿lo que mira designa al ojo
al portador del ojo
a aquello mirado por el ojo?
¿el ojo y lo mirado son designados juntos
en una misma palabra-frase?
¿forman con el que mira un único y solo complejo?
¿el complejo de mirar y el mirar complejo
son complementarios, 
consecutivos, antagónicos, independientes?
¿un mirar que mira para lo, lo mira para que?
¿por lo, por que?
 
 
el traductor al japonés pregunta
esto que estoy haciendo, preguntar 
¿significa pedir, exigir, demandar?
¿dar, proveer, aportar?
al hacerlo ¿requiero o sugiero una respuesta
impongo?
¿el pre de la pregunta es un prefijo? 
¿determina precedencia, prelación, privilegio?
¿preguntar a implica subjetividad, preguntar de objetividad
preguntar por causa, destino, dirección?
¿que la letra g esté ubicada centralmente significa que el obstáculo
de toda pregunta se omite como la g
al pasar por la garganta o el garguero?
 
 
el traductor al japonés pregunta
¿hablar sobre el mar es pararse sobre las olas?
¿discurrir respecto de un tema?
¿figurar lo inestable del decir?
la particularidad en una lengua, si existiera, ¿debe pasar a la otra
–como en hablar parado en el atlántico sur–
reprimirse conforme a las condiciones de la otra
–como en hablar sobre el mar que nos separa de China–
inventarse conforme a las condiciones de la otra
–como en discurrir a orillas del volcán–
modificarse o adaptarse
–como en balbucear con la cabeza en la boca del tigre–
despreciarse como problema?
 
 
el traductor al japonés pregunta
sobre una lengua que alguna vez consideré propia 
y cuanto más pregunta la vuelve
más o, más a
¿O es otro, A es ajena?
 
(de “El gran derrapador”)
 
 
 
El todo la parte
 
Uno, bajo un arbusto de números
desnudos, multiplicamos y dividimos
sin poder sumar o restar
en un diluvio persistente
que los árabes llamaban el cero.
Cero es eros
uno es error 
dos equivocación.
Bajo ese arbusto estabas vos
y yo no podía acercarme.
Bajo ese arbusto estaba yo
y no me reconocía.
 
 
Dos, detrás de un árbol silencioso
a su sombra, desnudos
como aprendices de amantes cartesianos
anotamos la aritmética del mundo
(aritmeticae mundi), las medidas de la bola terráquea
y soplamos nuestros alientos
moviendo nuestras caderas
tibi
la tibia gimnasia que tienta 
a que el mundo se haga.
Es extraño hablar en plural y en primera persona
y en esa extrañeza de uno mismo está lo siniestro
de un poema de amor, el yo plural.
El sexo no es la verdad
no requiere velos sino artificios
que no requieren ser velados salvo que...
La guerra entre los sexos no existe
sino la guerra entre tal o cual persona
contra este o aquel sexo
tu guerra en contra de algo
que no es yo pero me pertenece.
La guerra entre las personas y los sexos como abstracción
es una fase preliminar
calculada, de la guerra entre el adentro y el afuera o
sociedad perfecta.
Según la ley
de las pequeñas equivalencias las inversiones no son tales.
Me decís que la parte es igual al todo
sesenta y nueve igual a infinito, o mejor
que sólo existe el todo, lo que sería cierto
si la sociedad fuera una masa mística.
La perspectiva desde una plaza circular 
muestra que no lo es
nos hace ver otro tiempo, compartir la charla
con filósofos que sueñan que existimos
desnudos detrás del arbusto
practicando la pequeña escena sin prisa.
 
 
Tres, mirando el cielo arranco al arbusto un número
y tengo parte de una cifra.
¿La atribuiré al cielo? ¿Al arbusto? ¿A lo que sumamos?
Tengo parte de una cifra.
Tengo un sí.
Sólo así puedo decir, en lenguaje cifrado 
que odio significa amor 
y que si te odio
te amo y no puedo. Que amor no significa odio
tortuga no significa perro
techo puede significar piso
y que si te amo no te odio. 
Por la ley de las grandes simplificaciones
tu camisa de seda puede quitarse
y lo que sigue se puede callar.
Tengo tu camisa en la mano
y me la pienso poner
operación dudosa
que obedece a una ley distinta.
Las leyes no pueden obedecerse porque
una ley es menor que uno mismo
salvo que la ley sea uno mismo
y uno mismo seas vos, en cuyo caso... 
Una ley no es una regla y las reglas te pertenecen.
Entre la ley y la regla está el abismo de tu persona
y a la vera del abismo, desnudo
termino ladeado por una tradición ajena
en la que estoy inmerso, detrás de los matorrales
mirando tu nombre mientras quiero mirar la cosa
y no soporto lo que permitiría
que éste no fuese un poema de amor.
 
 
Cuatro, vos y yo nos reconciliamos 
en un tercero, porque el todo no puede 
existir sin las partes.
Los dos ancianos están dormidos, están durmiendo
y ambas cosas significan lo mismo.
Roncan en su sueño el ruido de la pequeña piedra
que cae por la ladera sin provocar avalanchas.
El milagro del uno que avanza
y no arrastra a muchos.
Esa paz en sus rostros indica que la guerra
llegó a su fin y hubo victoria:
sentir que no hubo guerra.
Devenimos ellos para alcanzar
eso a raíz de lo cual estamos
desnudos detrás del arbusto
con tus cejas agresivas y tus ojos que calculan
si somos partes en esto
y el todo lo autoriza.
Sin ese todo no habría partes
no habría número
no existiríamos.
 
 
(de “El todo, la parte”)
 
 
 
Retrato del poeta con Juan L. Ortiz
 
entre Paraná y Diamante no todo es oscuro
los ojos del gato miran el futuro y ven el presente
los ojos humanos miran el presente y ven el pasado
la luz de la luna muestra los costados del camino
dice a todos no se salgan de aquí
aunque allá haya otros caminos no se salgan
no dejen que la noche los trague
los ojos del gato reflejan un mundo amarilloverdoso
la luz de la luna ilumina ¿el mundo, los ojos, el gato?
sus débiles rayos no pueden quebrar 
la luz de la costumbre, su oscuridad
la demora de la noche se prolonga, se empecina
no da a conocer su causa
no admite ni busca una causa
es un llamamiento a proseguir
demorando el llamamiento
Juan lee en el diario la errata
el tipógrafo había escrito toros en vez de otros
una lunática chispa de verdad
sobre la condición homínida
el otro puede ser el toro del uno
vincularse con el otro es embestirse
una manada salvaje irrumpe por la izquierda
en rápida maniobra hay que esquivarla
no tengo la capa del torero soy el otrero
no tengo el volante soy el conductor terrestre
cada segundo en esta noche repite una oscuridad del pasado
me arremuleo en el asiento del auto sin saber qué significa
no debo dormirme
la radio no funciona
la mente no funciona
va a demasiada velocidad
no puede o no quiere seguirla el lápiz
que escribe sobre un papel
que apoyado contra el volante
hace sonar la bocina
el gato pega un respingo
sus ojos celestegrisáceos
no miran como el tiempo al que los mira
difuso confuso dicen jamás ataré mi cuerpo a ti
más que por una debilísima hebra
la necesidad
a la duermevela como a la costumbre
hay que partirla o cortarla
el filo de la atención 
el golpe del azar
los objetos de la luz
el conductor puede pisar al gato
porque unos golpes de timón logran timarlo
subimos por la cuchilla y nos corta
bajamos por la cuchilla y nos cura
los toros u otros inmóviles a los costados
también se mueven:
están quietos a distinta velocidad
falta poco para llegar a Diamante 
¿poco es nunca? ¿algo es siempre? 
la nada facetada atravesada por un finísimo haz de luz
da el espectro de un camino inminimible
el coche se detiene 
todos están dormidos incluso el gato incluso el sueño 
el mundo deja de andar
la vigilia cierra los ojos y se olvida
el sueño abre los ojos y se olvida
el camino del pasado y el camino del futuro se desordenan
intransitables, irrecorribles
el camino de la risa y el camino del acento no pueden ser caminos
adheridos a los objetos
atados por una hebra inexistente
llevan adonde estamos
el inlugar del intiempo
queremos llegar a Diamante ¿queremos?
algo no funciona: el fuego que ahí se llama juego 
aquí no se consume, se llama necesidad
 
(de “El todo, la parte”) 
     
 
 
     Lautreamont
 
La poesía debe ser hecha por todos 
dijo el Conde y lo que esconde
(paronomasia)
el axioma en la punta y en el filo
es el colectivismo de la totalidad
el sincretismo de la alienación
Algo puede ser hecho por alguien
no por cualquiera 
ni por todos
y si no quieren 
(todos, alguien o uno)
….
La poesía debe ser hecha
dijo el Conde la dificultad
es su proceso innecesario
La máquina de coser sobre
la mesa de operaciones arma
un engranaje productivo 
que ilustra la gratuidad
Hacerlo funcionar puede ser
la libertad de uno en la factura del puede
el totalitarismo de todos en la hechura del debe
o una sociedad de máximo horror
donde el poema y la gente
…. 
La poesía debe ser 
dijo el Conde
queriendo proyectar en la imaginación 
un registro compulsivo, moral
el cruce del verso obligado
sobre la tabla del cirujano que dice
la poesía nació para coser
una herida maquinal que no está abierta 
….
La poesía debe dijo el Conde
y de quién es la deuda
y por qué la paga otro
y cuánto cancela con ello
y qué contrae al final
Si “todos” significara “poesía” 
la traducción diría a la fuerza:
la poesía debe ser hecha por la poesía
lo que sólo puede significar 
poesía poesía poesía
poesía poesía poesía poesía
….
La (dijo el Conde en un olvido)
(y el lápiz le tembló: 
si la desdicha del poeta
no es dicha por todos
o la dicha del poeta
no es desdicha por todos
o la desdicha de todos
no es dicha por el poeta)
(e inmediatamente recordó)
….
La poesía dijo el Conde
….
 
(de “La querella de los gustos”)
 
 
(*)Jorge Santiago Perednik: nació en Buenos Aires en 1952. Publicó como poeta “Los mil micos” (1979), “El cuerpo del horror” (1981), “El shock de los lender” (1985), “Un pedazo del año” (1986), “El fin del no” (1991) “Variaciones pad- in” (1996), “La desconocida-Circo macedonista sobre "Adriana Buenos Aires" (1998), “El gran derrapador” (2002), “El todo, la parte” (México, 2005), “La querella de los gustos” (2006) . Publicó también varios libros de ensayos y traducciones de escritores de habla inglesa entre los que figura E.E. Cummings, Charles Olson, John Milton, William Carlos Williams y Jonathan Swift. En 1980 fundó la revista Xul. Signo viejo y nuevo y desde 1995 co-dirige la revista DERIVA de la literatura.
1 comentario:
impresionante poeta, gracias.
Publicar un comentario