POEMANÍA
la manía del poema…
Hoja literaria de aparición virtual
Nº 47/2006
“El poeta sabe aunque dice que no, sabe que él
es palabra. Uno es palabra. Uno es
nada más que palabra...”
Gonzalo Rojas
Poeta invitada: GRACIELA BUCCI (*)
La mentira que sana
“… cada palabra dice lo que dice y además más, y otra cosa.”
Alejandra Pizarnik
por qué el ruido para decir verdades
por qué el ocultamiento de la mano del ruido
por qué mirar si es ver el hueco
y simular que el hueco cobija incertidumbres
por qué dejarnos violar por la injusticia
hacerle el amor a la blasfemia
por qué ocupar espacios con censuras
vestir palabras de piratas
arañarles la cara
cavar un foso para esconder las sílabas
si en verdad lo que sana
es la mentira.
Macario
A Juan Rulfo
“Muchas veces he comido flores de obelisco para entretener el hambre.”
Juan Rulfo (Macario)
quién se ocupó de vos Macario
de tu insomnio
de la pobreza dando ventajas a los sapos
de tu miedo pegajoso a las condenas
del purgatorio amigo
de la desolación
de tus huecos vírgenes de niño hombre
de la perversión de la mujer
quién se acordó de vos Macario
cuando la culpa cubría los ojos de telarañas
cuando hilvanaba sílabas monocordes
cuando tu simpleza pintaba de blanco las preguntas
y no era mentira la inocencia
no la tuya
cómo podrás perdonar Macario
tus manos amarradas
las miradas contaminando miedo
tu ser diferente
el castigo
los borbotones amarillos
las frases injustas
hediondas
condenatorias
injustas como el hambre
hediondas como tu voluntad de cucarachas y de grillos
condenatorias como el infortunio
tal vez Macario
sólo tal vez
fuiste vos caracol de ternura
el único capaz
de mezclar entre asco y suciedad
tu sonrisa blanda
de sapo y charco.
Brindis
“(…)Aunque ahora supiera dónde perdí las llaves y confundí las puertas
o si fue solamente que me distrajo el vuelo de algún pájaro,
por un instante, apenas, y tal vez ni siquiera(…)”
“Les jeux sont faits” Olga Orozco
para no arder
sin conocer el centro de la noche
para exaltar la secreta admiración del gozo
sin nieblas testimonios de un cuarto a la deriva
sin dedos que busquen la veta en la piel lisa
antes de que la hojarasca se pudra en el otoño
para que la simiente
reivindique el fermento y la llama
la esencia en la última gota del cáliz
para poder
finalmente
vivir
sin muros que me exilien
sin ojos que profanen la sombra ni el intento sin uñas que desarmen la
/sutura ni el margen
para no caer
irremediablemente
arrodillada sobre la tierra estéril
haré trizas la copa del prejuicio
y
atrozmente serena
brindaré
por fin.
Entre las ruinas
suelen haber matices en las ruinas
engaños
sutilezas
paradojas
una mano pequeña
dos dedos el borde de la garra
una secuela humana en la hendidura una mentira de vidrio clavada en /el cerebro una granada que estalla en la palabra una reafirmación del /odio en la sordera un botín de tejidos en la plaza
pedazos de la cruz entre los restos
suelen haber matices en las ruinas
una herida sin pus
un cuerpo virgen
una mirada joven
dos pies firmes
un camino
un atajo entre el escombro.
Detrás de las pisadas
“(…) Que venga el que tiene sed, y el que quiere, que beba
gratuitamente del agua de la vida (…)”.
Apocalipsis 22.21
una pisada rota en la ventana
la sombra oblicua de una pierna
un grito que es metal en la mirada y es herida y es mancha y es insulto
antes
otros pies caminaron otra senda
impuesta por otras voluntades
por bocas que eran tajo y eran filo
por leyes de papel y fantasía
detrás de la pisada
sigue habiendo en el tiempo
un olor nauseabundo a piedad
un árbitro de arena
tal vez
una esperanza.
Desde la tinta
me devora el poema
muerde lentamente los tejidos
las palabras pretenden dibujar el contorno
competir con la mano que investiga
se ramifica
el deseo
hasta en los huesos
la ropa queda a un lado
testimonio de un pretérito
imperfecto
puedo viajar por el pasaje donde la luz niega el secreto
recorrer huecos y aristas
sin hartarme
y hasta podría simular la entrega
inventar algo distinto
si fuera necesario
una mentira.
Tener la certeza
algo de felpa tibia resbaló de la palabra
y la palabra completó la frase que se instaló en el centro del silencio
lo quebró
lo envolvió entre los pliegues
lo deshizo
lo transformó en simiente y en cascada
pudo por fin la cáscara vacía
recuperar contorno borde imagen
recuperar membrana sangre pulso
y hubo fiesta
y complot
y al final de la tarde
también
hubo certeza.
(*) Graciela Bucci: Nació en Capital Federal. Es docente. En el ámbito literario realizó seminarios, cursos y talleres (Narrativa, Poesía, Estructuración Novelística, Guión Cinematográfico, Dramaturgia), con destacados escritores de nuestro país. Publicó algunas de sus obras en periódicos y revistas literarias de Argentina, Uruguay, Venezuela, Chile, España, entre otros países. Presentó en octubre 2001, un libro de Cuentos Breves: “Detrás de las palabras...el eco” que fue galardonado con la Faja de Honor 2001 de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE). En el año 2005 presentó un poemario: “Un orden diferente”, en el Centro Cultural San Martín. Ha participado con poesía y narrativa en antologías de Argentina y del exterior (España, México, Uruguay). Colabora en forma permanente con revistas literarias de Argentina y del exterior.Es coordinadora de talleres de creatividad literaria. Recibió numerosos premios tanto a nivel nacional como internacional. Actuó como jurado en concursos literarios nacionales e internacionales.
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