viernes, 26 de febrero de 2010

Poemanía Nº 6 - Alberto Darío Valenzuela

POEMANÍA

la manía del poema…

Hoja literaria de aparición virtual

Nº 6/2006





“Un poema es como un perro con rabia,

no escoge su víctima, muerde al que se le presenta... ”

Manuel del Cabral







Poeta invitado: ALBERTO DARÍO VALENZUELA (*)





ARTIFICIOS



Sobre una amarga ausencia

llovió diciembre una vez más

sobre los ojos.

Rabioso el aire nupcial

de la plegaria

se alzó el instante ínfimo

de la noche,

y fue palabra el dolor

de tanta gente.



La inconsciencia

vistió una vez más su máscara de muerte,

cabalgó sobre el instinto

de los cuerpos,

esperó su momento fatal

de la razón dormida

y parió el espanto

artificial sobre la noche.

Mojó el infame

su espada de fuego

en la inocencia que dormía

sobre el piso irracional

de la locura,

y fue feroz su filo

arrancando

el alma

de los pequeños cuerpos.



La noche,

entre campanadas de espanto

anunciaba su fin a las doce,

la inconsciencia

hastiada de muertes

dejó caer su espada

de humo y de miseria

por última vez

sobre el racimo

de cuerpos mutilados.





Llovía diciembre una vez más

sobre los ojos,

para algunos comenzaría el nuevo día

reconociendo el día final

en la ausencia

de las almas

desterradas del infierno.







SALMOS DEL VIENTO

(fragmento)



La vieja parca murmura

salmos del viento

sobre los cristales rotos.

Dividida desangra sus instantes

en el suelo

lo que fue una rosa,

abraza el agua

el pie descalzo

de la amada

y se desdibujan

los versos del amado.

Mientras de azul

se viste en una hoja blanca

el destino.



Trepado a la ventana

estalla el soberano

en las entrañas de los vidrios.

En las manos blancas

dos pétalos descansan

sus mañanas.

Revive la esperanza

de ser rosa otra vez,

la rosa.





CANTO A LA VIDA

(fragmento)



Tengo una esperanza sin nombre

bajo el ala sumisa de mis sienes,

la voluntad suprema de los versos corriendo por mis venas,

tres flores nuevas

entre mil rosas marchitas

encendiendo los vuelos

de una rima.



Tengo el manso vuelo

de una palabra solitaria,

un blanco espacio sin tiempo

entre surcos fértiles

del pretérito sin nombre.



Tengo la tinta presta

cantando todavía,

una fe dormida entre altares rotos,

una canción de cuna amaneciendo,

tres flores nuevas

entre mis rosas marchitas

fecundando el cosmos de una estrofa…





VERSOS DE ARENA



(Poema II)



El color del verano

tiñe los instantes viejos

de memoria.

Cabalga la figura tiesa

del año vencido

un amanecer nuevo

y canto,

a la desnudez del alma

al oído soberano

de los días,

a la estupidez infinita

del soberbio,

a la muerte sacral

de los que creen,

al desierto inmortal

de la justicia.



El color del verano

tiñe instantes viejos

de memoria,

medio vaso lleno

basta para retornar

a veces

a mi credo,

y canto

a la arena finita

del ocio entre los días,

al amor que ya no sangra

entre las manos,

a la mitad buena

que en algún lugar

del ser descansa.







(*) Alberto Darío Valenzuela: nació en San Nicolás (provincia de Buenos Aires, República Argentina) en 1966. Profesor de Filosofía, Psicología y Pedagogía. Estudiante avanzado del Profesorado de Lengua y Literatura. Por su poesía obtuvo diversos galardones literarios. Publicó el libro de poemas “El árbol dormido” (Yaguaron Ediciones, 2005) . Reside en su ciudad natal.

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