POEMANÍA
la manía del poema…
Hoja literaria de aparición virtual
Nº 174/2009
“La poesía sirve al que la traduce para expresar
el mundo. Esa aventura feroz es una forma de ser…”
Francisco Madariaga
Poeta invitado: VIRGILIO ZURLO (*)
DE PULPA Y CÁSCARA
Marzo de 2006,
Era en invierno, madre.
Nubes bajas como velos
exaltan el enigma
de los naranjos verdes
envueltos en niebla
junto al galpón.
De su vejez oscura,
de sus ramas, tomabas luz de estación,
fruto, paciencia.
Tus manos mudaban
piel de sabores
en el silencio
de la tarde espesa,
mutiplicaban soles
sobre la mesa.
…
Giraban confusos.
Brillos de espejo,
crepitar de azúcar dorado
en la voz del cuenco.
Mis ojos de niño
velaban el almíbar nuevo,
encanto de los aromas,
Viscosidad, aprestos.
Brasas lentas
gestaban vida,
serenidad de juegos
en la cocina.
Planetas de ámbar
caían sobre los panes,
y una constelación
de bocas melosas,
de ojos de abeja,
celebraba con rumor
el milagro de los naranjos,
la magia de las cenizas.
SIEGA
Mi corazón es un labriego
re recoge esperanza
entre los sueños.
Entregado a su oficio,
abre surcos en la memoria
con el sol sujeto por la espalda
y un saco de dolores
que le parte los brazos.
Su voz es la voz
de los amores que se inmolan
en la tierra abierta,
imagen de los ojos
que raptan los míos,
claridad que todo lo revela…
Un pan leudado
con amor y misterio,
los pueblos soleados que soñé,
el beso profundo
en la boca que no tuve,
y un vestido casi humano
rodeando la cintura
de las tardes en que amé.
COMO EL MAR
Este soy yo,
involuntaria paradoja
del deseo.
Bitácora tu cuerpo,
surco la curva prepotente,
reflejo de la estrella
que enciende desde adentro
la luz rosada de tus pechos.
Tus manos
hacen el portento;
rompen como el agua,
se derraman sobre mi cuerpo
que zozobra en el encuentro
y el asombro aumenta
el deseo erizado de la piel…
entonces mi boca desciende
hasta tu profundidad salobre.
Tus piernas como olas,
golpean una y otra vez
mi humedad desconcertada,
que encalla por designio
en tu playa deseada
se viscosidades y espuma.
Tormentoso vacilar,
se obnubila la razón
y el naufragio se aproxima;
no hay faro que detenga
el estallido de los cuerpos…
Después, apenas un murmullo
de caracoles vacíos.
Tu vientre azul
se y hunde una y otra vez
entre vacíos y espuma,
mientras la marca borra
tu huella y la mía.
HOGUERAS
Fuego, llama,
que por arder no arde.
Mis ojos devuelven
el brillo oxidado
de antiguas volutas,
deforma la sombra
un vaivén rojo,
amarillo, crepitante.
Rescoldo de sueños,
escapan abogados, oprimidos
entre lenguas azules
y potencias envolventes,
como Erinias furiosas
que esparcen las cenizas
donde yacen
fragmentarias mis hogueras.
(*) Virgilio Zurlo: nació en Laguna Larga (Córdoba, Argentina) en 1955. Poeta y discípulo del licenciado Marcelo Celso. Con su poesía, ha participado en distintas páginas de Internet, como así también en revistas literarias de difusión nacional e internacional. Parte de su obra también está recogida en antologías. Ha publicado los poemarios “Recorrer la vida” (Editorial Universitas, 2001), “Contemplaciones, búsquedas y un encuentro” (Narvaja Editor, 2002), “Pasajeros de la soledad” (Narvaja Editor, 2004) y “Gramática de amor y sueños” (Narvaja Editor, 2006). Es abogado y trabaja en el Poder Judicial, con asiento en la ciudad de Río Segundo, Córdoba, como Asesor Letrado y de Familia. Reside en la ciudad cordobesa de Pilar.
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