POEMANÍA
la manía del poema…
Hoja literaria de aparición virtual
Nº 158/2008
“Los mejores momentos de un poema,
cuando uno se siente transportado por él,
cuando el poema parece hacerse solo,
viene de la música…”
Fabio Morábito
Poeta invitado: ISABEL KRISCH (*)
Del libro “Apenas una línea, roja” (2008)
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alrededor de la casa pedaleo
jardín cerrado arca universal
mi bicicleta me lleva
una dos tres vueltas seguidas
una ciruela roja remolacha
completa jugosidad en la boca
aprieto la pulpa entre los dientes
carmín atrevido y fresco
mancho la ropa y subo
a la bicicleta otra vuelta
mi abuelo me asiste
ángel revestido de plata
poda el árbol cargado del fruto
bermejo y dulce producto de su siembra
cuida el tronco con blanca lana de vidrio
y ninguna hormiga se atreve
la rama más baja me permite el pie
sigo subiendo para mezclarme entre las hojas
le robo un hijo y no pido disculpas
una y otra y otra más
ciruela travesura
robusto y preciso equilibrio carmesí
en mi remera la cadencia
otra vuelta una más
pedaleo y rodeo la casa
de mi infancia
cada día cuando
lo recuerdo
a abuelo Santos
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acosa el silencio en la frontera de la tarde mientras adentro
se opacan las risas y hay un verano que atormenta
afuera
una esquela ambigua un papel escueto inmóvil de palabras
decide cambiar el sonido de los pájaros el zumbido de la brisa entre los pinos
el aparente sosiego
una foto mostraría el gesto de los rostros que intentan ser una familia
pero el dolor de pesadilla el infinito repetir de la sorpresa en la voz del mensajero
en el trozo caliente de la hoja
no hace falta acunar la fantasía del error
apoyado en el vidrio de la ventana
se repite la lectura la nota enceguece
y no se puede borrar con el dedo el nombre
ningún insecto se atreve a caminar
ni la respiración a ser susurro
el viento se detiene resignando su destino de traslúcido coro
para permitirle a los ojos la lectura
que se repite y duele
luego la verdad en tumulto
desasosegada
de expuesto animal llagado que se lame
sin piel
y el grito que se mezcla
con el canto de las aves
en la copa de los pinos
« Un seul être vous manque
et tout est dépleuplé »
Alphonse de Lamartine
a papá
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espía entre los botes ella que va a la orilla
detrás del hombro de la otra
que desnuda su nuca
cabello cola de caballo
(así se usaba entonces)
puede balancear el pelo como el casco de las naves
quieto el interior ahogado
el río golpea la dársena
como las vendas que presionan y
colapsan el pecho
el líquido salino se atraganta
en un velamen que se enturbia
con el agua y el párpado
la espalda ha comenzado a sostener
zarpa el horizonte de la imagen
a través de los palos mayores
parece que no hubiera vida
tan estático el presente
tan nítida la pena
de los peces muertos
de la foto
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Son los seres que fui los que me aguardan,
los que llegan a mí como a la débil hiedra doliente y amarilla que sostiene el verano…
Olga Orozco
somos los que nos preceden
los que permanecen detrás de la pantalla presentes y ocultos
como un trasvase del agua en la clepsidra y cada gota
como la arena tibia que discurre y cada grano
y somos la recurrencia
la vertical heredad
una fronda entrelazada
del árbol que aprisiona el ramaje
y hemos sido una hoja
del cuerpo del abeto del tilo de la encina del laurel
densidad regenerada mil veces
debajo de la zarza
una mata de hierba conformando el nombre
y hoy los seres que fuimos son otra geometría
un tránsito de unión un helicoide
una senda de radios de segmentos urgentes
de trozos de tiempo absoluto de diagonales
un cúmulo que condensa y equidista del centro
y se aleja del punto justo
donde se converge
somos los que han pasado
y la inmensa pupila que los retiene
los refresca los escoge
los permanece los busca entre
las variantes de las señales propias
adheridas
a las sutiles tonalidades del verde del mismo árbol
de aquel pivote inicial
de aquel eje
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en los jardines de verde mixto
las aves negras eligen y anidan
toman las largas vainas con sus picos largos
el alimento de plumajes menores
porque prefieren la rapiña
los restos del pino que cubren los desagües
las hojas peltadas
para tapar los huecos
las caducas de las alcantarillas
graznan con sus voces agudas
huelen
simulan que se arrastran
debajo de los techos
sostienen un lenguaje sórdido
de cables que han sido cortados
algunos ladrillos cubiertos de sucia cal
sobresalen de la casa
de la casa dividida
de la casa dividida en dos
no suenan jamás los teléfonos
adelante
florece la madreselva
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bolsas de basura sin selección
la mano entera se sumerge
macilenta en un destino des-atinado
capas y capas de cartón y papel
acurrucan las señales
el sucio desánimo
sucia la ética del hombre sin futuro
que oculta la ciudad oculta
los colores se entrevelan
en la paleta como mezcla ambigua
confluyen en el negro que brota
transversal desde el techo
del techo infinito
y es todo tan frágil
piensa la intemperie
y sólo ella
qué hacer con estos huérfanos
cómo reconstruir su urbana virginidad
hacia dónde desagotar el pantano
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somos los ciegos
aquellos que agachamos la cabeza fingimos giramos el rostro
novidentes sin bastón
los que debemos ser conducidos
demandantes de un hombro donde apoyarse
y una infinita paciencia que
nos enseñe a palpar
los que no vemos por voluntad propia somos
aquellos que tapiamos el acceso
a lo infrahumano a lo que nos diferencia
a la naturaleza de las naranjas ácidas
a la ambivalente propiedad del tacto
los que cerramos el círculo con lo externo
para no escuchar los gritos del coro de niños
los ruidos de tripas de la calle de los cartones
de los vehículos improvisados que trasladan la miseria
las narices tan sucias el chirrido de ese tren
la tosquedad repetida la impudicia
los goznes con herrumbre
las viviendas de chapa de tres pisos
la promiscua vergüenza del tamborilear de los sexos
en Fa sostenido somos
los que negamos la luz indiscutible
y el verdadero aroma
bálsamo expuesto del macho
pestilencias hedor
a tufos de códigos ajenos
los que aprendemos a oler
esencias de ajonjolí de jabón de coco jazmines
primavera anticipada trufas
almendras amargas
sobrevivientes del almíbar
somos
(*) Isabel V. Krisch: nació en Buenos Aires (Argentina), en 1953. Docente, Profesora de Geografía, egresada del Instituto Nacional Superior del Profesorado “Joaquín V. González”. Realizó una especialización hacia las Ciencias Sociales en la Universidad de San Martín. Además es Correctora Literaria, egresada de la Universidad de Belgrano. Asistió a Talleres Literarios desde 1993 y es alumna y colaboradora de la Profesora y escritora Ana Guillot. Editó cuatro libros de poesía: “Cruzar el Lodazal” (1997), “Que se rompa el amarillo” (2000), “Entre la Roca y el Aire” (2005) y “Apenas una línea, roja” (2008). Forma parte de las siguientes antologías: Antología del Taller de la Siesta, Años: 1993, 1994, 1995; Sombreros en venta (1996); 20 Voces Destacadas de la Poesía Argentina Tomo II (1996); Que no vaya a suponerse (1997); La voz viene del pasillo (1999); Mientras limpiamos la jaula (2001) y El Placard (2003). Ha realizado dos biografías: Via Garibaldi 25. Camerano (2006) y De mi tiempo, simples memorias (2008). Una tercera está en proceso de escritura. Condujo “Mejor esos mundos”, un programa de cultura en radio Fénix, de la localidad de Martínez. Sus poemas han sido publicados en numerosas revistas del medio cultural de la zona norte, Buenos Aires, Rosario, Córdoba y en el extranjero, en España, Paraguay y Puerto Rico. Como así también en numerosas páginas web. Recientemente sus trabajos han sido traducidos al catalán, al inglés y al alemán. Para ingresar en su página web, ingresar a: www.isabelkrisch.com.ar . Reside en la localidad de Accasuso, partido de San Isidro, provincia de Buenos Aires.
2 comentarios:
He recibido, por supuesto, la página de tu POEMANÍA Nº 158, que me dedicas. ¿Será éste mi número de la buena suerte o es Piero de Vicari?
Tengo la obligación de agradecerte la posibilidad que me has dado de ser leída por mucha gente, ya que tu página es muy leída, doy fe. ¡¡Es increíble!!, la cantidad de mails que he recido me lo demuestran, como así también los poetas tan importantes y reconocidos que tuvieron la deferencia de felicitarme. Aún no puedo creerlo.
Hay algunas personas que tienen un espíritu generoso, como vos, y que dan su tiempo para realizar cosas como esta página maravillosa que es Poemanía. Quiero felicitarte. Me has dado mucha alegría.
Te abrazo en mi corazón y te saludo hasta todo momento
Isabel
Querido Piero: muchas gracias por el envío de este nuevo y muy interesante número de POEMANIA. Me han impresionado mucho los excelentes poemas de esta autora, a quien no conocía. Estoy seguro de que la poesía de Isabel Krisch merece y tendrá un lugar destacado en nuestras letras. Muy buenos poemas, excelente selección!
Un fuerte abrazo y mi amistad de siempre, mi querido De Vicari!
Cordialmente,
Luis Benítez
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